Después de un gol muy tempranero de Mauro Icardi, el Fenerbahçe, con un equipo que representaba a su juvenil, decidió retirarse de la Final de la Supercopa turca. El Galatasaray se proclamó campeón y en seguida lo celebró por todo lo alto, algo vergonzoso y que nadie entendió.
Tras ese rápido gol, los jugadores del Fenerbahçe decidieron tomar una medida drástica en protesta contra lo que consideran un permanente maltrato por parte de los árbitros y de la Federación de Turquía (TFF). Los jugadores del equipo sub-19 abandonaron el terreno de juego, dejando el partido por terminar después de tan solo un minuto de juego.
El vicepresidente del club ya había anunciado esta medida a principios de la semana, adelantando que los jugadores se retirarían antes del final de los 90 minutos, lo que implicaría una derrota automática por 0-3 y la consiguiente victoria del Galatasaray en la final de la Supercopa turca.
Tras la retirada del equipo del Fenerbahçe, el árbitro también abandonó el campo, dando por concluido el partido de manera anticipada. Después del breve partido, los jugadores del Galatasaray optaron por permanecer en el campo y han formado dos equipos para continuar jugando ante el público que asistía al estadio, aunque este apenas estaba ocupado en un cuarto de su capacidad por los seguidores del campeón de Liga. Aun así, los jugadores celebraron por todo lo alto la consecución de otro título para sus vitrinas, a pesar de haber ganado en estas circunstancias extradeportivas. Al fin y al cabo ellos no tienen culpa alguna.
Los medios turcos habían informado previamente de que el primer equipo del Fenerbahçe ni siquiera había viajado a Sanliurfa, donde se iba a disputar la final de la Supercopa.
El Fenerbahçe ha querido así manifestar su descontento por lo que considera un trato injusto por parte de la TFF y de los árbitros, además de denunciar la negativa de la Federación a posponer la final para permitirles más tiempo de preparación para los cuartos de la UEFA Conference League frente al Olympiakos de José Luis Mendilibar.
Esta acción de protesta se suma a las tensiones recientes en el fútbol turco, como la sanción impuesta al Trabzonspor esta semana, que incluye seis partidos sin espectadores en casa y multas económicas, debido a la agresión de sus hinchas a los jugadores del Fenerbahçe el pasado 17 de marzo, un incidente que el club denunció como un intento de sabotear su desempeño en la Superliga.