Haaland lo ha vuelto a hacer y Guardiola también. Si el día que anotó cinco goles ante el Leipzig en la Champions League le cambió y le privó de un récord al noruego, hoy le ha sustituido en cuanto el delantero nórdico ha firmado un auténtico golazo ante el Southampton.
El Manchester City ha vencido por 1-4 para acercarse aún más al liderato de una Premier League en la que parece que todavía no ha dicho su última palabras. Al menos, desde el punto de vista de Erling, quien ha alcanzado ya sus primeros 30 goles en la competición británica en su primera temporada en ella.
Hoy ha sido de nuevo el encargado de abrir la lata del marcador y de ponerle la sentencia. Marcó el 0-1 justo antes del descanso y anotó el 0-3 en el 68' en una jugada que quedará para el recuerdo de los aficionados 'citizens'. De Bruyne conectó con Grealish para que éste pusiese un centro perfecto al segundo palo. Y allí estaba él, como cual felino en la rama de un árbol, para inventarse una chilena y hacer el tercero del City.
Y en menos de dos minutos, en el 70', Pep Guardiola decidió que la exhibición de Haaland ya estaba bien por hoy. Anunció un nuevo cambio y le sustituyó por el argentino Julián Álvarez a falta de veinte minutos para el final.
Anteriormente a su última obra maestra, Erling había marcado su gol número 29 en otro espectacular centro de De Bruyne desde al banda izquierda y con un remate casi a placer para poner el primero del partido en Mary's Stadium.
Con este nuevo triunfo el Manchester City se coloca a solo cinco puntos del Arsenal, pero los 'gunners' deberán jugar mañana ante el Liverpool (17:30h, DAZN), por lo que podrían volver a distanciarse y ponerse a ocho si vencen.
Lo que está claro es que la adaptación de Haaland al torneo británico ha sido coser y cantar para el noruego. Algunos incluso piensan ya que con otro entrenador, en lugar de Pep Guardiola, su voracidad hubiese sido aún mayor y sus números podrían haberse casi duplicado. Porque el técnico catalán le está dosificando cada vez que puede para tenerlo en las mejores condiciones en sus citas más importantes. Pero a alguien que vive del gol, cada minuto fuera del campo es dinero que pierde. Y muchas veces, las decisiones del técnico no son encajadas de la mejor forma por el delantero.