Desde luego, Karim Benzema se habrá arrepentido muchas veces del contrato que firmó el pasado verano con el Al-Ittihad, a razón de 200 millones de euros limpios por temporada (incluyendo los bonus comerciales) y hasta 2026. No por el salario, claro, más de ocho veces superior al que percibía en el Real Madrid, sino porque Jeddah se ha convertido prácticamente en una cárcel de oro para el francés. El Reino Saudí, propietario del club aurinegro, otros tres más de la SPL (Al-Hilal, Al-Ahli y Al-Nassr), el Newcastle y postor ahora por la Roma, no le dejó volver a Europa en enero, ofreciéndole, a lo sumo, un cambio de camiseta pero dentro de la propia Liga del país. Ni el amago de 'espantá' del delantero ha servido de mucho. Antes al contrario, su incorporación tardía a los entrenamientos de intertemporada provocaron, encima, un enfrentamiento dialéctico con su entrenador, que lo ha apartado.
Así las cosas, el 'Muñeco' Gallardo no lo ha alineado en los encuentros de 2024 hasta la fecha, los primeros porque no estaba o había aterrizado unas horas antes, pero los últimos por decisión técnica. No juega el '9' de Lyon, autor de 12 goles y cinco asistencias en 20 partidos oficiales, desde el pasado 26 de diciembre. Benzema se ha perdido la cita liguera contra el Al-Tai, la de la King's Cup ante el Al-Faisaly y, este mismo jueves, la de la Champions League asiática contra el Navbahor Namangan uzbeko, ida de los octavos de final de este torneo. De hecho, ni siquiera fue convocado para ninguna de estas citas, filtrándose que el preparador argentino lo había apartado o, como poco, orillado en sus sesiones hasta que adquiera tanto la forma física como el compromiso del resto. Un carísimo objeto de lujo para el Al-Ittihad de Ramón Planes que ni siquiera pueden mostrar al mundo.
Por si fuera poco, a Benzema no le sale nada a derechas, tampoco en los juzgados. Según informa Radio Montecarlo, el Tribunal de Casación ha desestimado el recurso presentado por los abogados del artillero, que había denunciado el pasado mes de enero por difamación al ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, que en octubre había afirmado que tenía vínculos con los 'Hermanos Musulmanes', algo que Karim rechaza enérgicamente, pues el Balón de Oro 2022 no quiere ser relacionado con una organización nacida en Egipto que es considerada allí y en otros países como terrorista. "Para fundamentar su decisión, el Comité de Solicitudes observa que la denuncia del señor Benzema se refiere a comentarios que no le atribuyen ningún hecho que pueda menoscabar su honor o su reputación", sentencia, sin posibilidad de recurso, el fiscal general del citado organismo.