Dos años después de ser destituido como entrenador del Granada, al frente del cual estuvo 27 jornadas en la temporada 2021/2022, el ex seleccionador español Robert Moreno volvió a sentarse este domingo en un banquillo. Lo hizo para dirigir su primer partido con su nuevo club, el Sochi ruso, con un empate sin goles en casa del Báltika, un rival directo en la lucha por la salvación.
Fue el típico partido en el que ambos equipos notaron mucho la falta de rodaje después de tres meses de pausa invernal, a lo que hay que sumar que el conjunto local lleva ocho encuentros sin ganar y el visitante, siete sin conocer la victoria.
Aunque el empate no le vale de mucho al Sochi, colista del campeonato ruso, mantiene la distancia de dos puntos con el Báltika, que es penúltimo. El antepenúltimo, por su parte, es el Orenburg, entrenado por el también español David Deogracia, que empató en su visita al CSKA de Moscú y ocupa puestos de promoción de descenso, cuatro puntos por encima del nuevo equipo de Robert Moreno.
Por su parte, el Ajmat checheno ganó y salió de la zona de descenso al derrotar por la mínima al Ural, que ahora es cuarto por la cola, en un puesto que también da derecho a jugar una eliminatoria en busca de la salvación.
El Sochi, que suma 12 puntos en diecinueve jornadas de liga (tres victorias, tres empates y trece derrotas), también disputará el próximo partido fuera de casa, en el estadio del Lokomotiv, que es quinto y cayó ante el Dinamo (2-1).
Seguidamente, gracias a los partidos de las selecciones nacionales, el equipo de Moreno tendrá dos semanas para preparar el encuentro decisivo ante el Ajmat en Grozni, ya que los tres primeros partidos del técnico español en Rusia son fuera de casa.
De este modo, el ex seleccionador español afronta su segunda experiencia lejos de España, tras dirigir al Mónaco en la 19/20, si bien la llegada de la pandemia hizo que sólo estuviera 13 partidos en su banquillo. Anteriormente, estuvo una década como ayudante de Luis Enrique, desde sus inicios como técnico del Barcelona B.Luego siguió al asturiano en sus etapas en la Roma, el Celta de Vigo, el primer equipo del Barça y la selección española. Pero el divorcio entre ambos llegó después de que Lucho renunciara al combinado nacional por motivos personales en 2019 y su habitual ayudante se hiciera cargo de él, permaneciendo diez partidos en el cargo.