El anuncio del Manchester United sobre Cristiano Ronaldo ha sido todo una bomba. Bien es cierto que era algo que se esperaba, un secreto anunciado a voces, pero los 'diablos rojos' lo hicieron público en un momento donde nadie lo esperaba.
Son varios los desplantes que Cristiano ha tenido este curso con Erik ten Hag y el United, desde no querer saltar al campo en los minutos finales de un partido de liga ante el Tottenham, abandonar el estadio antes que sus compañeros o la polémica y reciente entrevista en 'Sky Sport', siendo eso la gota que colmó el vaso de la paciencia del club inglés.
"Tras las conversaciones con el Manchester United, hemos acordado rescindir nuestro contrato. Amo al Manchester United y amo a los aficionados, eso nunca cambiará. Siento que es el momento adecuado para buscar un nuevo desafío. Le deseo lo mejor al United", han sido las primeras palabras de Cristiano Ronaldo tras el anuncio del conjunto de Mánchester.
Ahora el portugués está centrado en el Mundial de Qatar 2022, casi con total probabilidad su última Copa del Mundo. Este jueves debuta con Portugal, con la que quiere llegar lo más lejos posible. Pero Cristiano también debe pensar en el siguiente paso, en dónde va a jugar a partir del 1 de enero. Ahora es agente libre y puede firmar en cualquier momento por cualquier equipo, aunque los clubes no le podrán inscribir hasta el primer día de 2023, cuando se abre el mercado de fichajes invernal.
Las especulaciones sobre el futuro de CR7 son muchas. En verano se habló de un interés del FC Barcelona, debido a la buena relación entre Jorge Mendes, agente del jugador, y Joan Laporta, presidente azulgrana, aunque ahora eso está descartado. También ha sonado para el Sporting de Portugal, club del que salió para convertirse en una estrella, e incluso se especuló con que se habría ofrecido al Real Madrid para volver, algo en lo que Florentino Pérez no está interesado.
El futuro de Cristiano Ronaldo parece estar en manos del príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán. Este jeque saudí, quien habría convencido a su padre, el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdelaziz, para que decretase festivo nacional este miércoles en su país por la victoria ante Argentina en el Mundial, es el dueño del Newcastle y del Al-Nassr.
Ya estaba previsto que las 'urracas' recibiesen una nueva inyección económica en enero para realizar más fichajes, un dinero que ahora tendría todavía más sentido, puesto que el Newcastle ya intentó convencer a Cristiano Ronaldo el pasado verano.
La otra opción que tiene sobre la mesa el portugués es la del Al-Nassr de Arabia Saudí, equipo donde juega el español Álvaro González o el brasileño Luiz Gustavo. Una liga menor en la que Ronaldo sería la estrella indiscutible.
De momento parece que Cristiano prefiere centrarse en Portugal y el Mundial, aunque su destino parece ligado, sí o sí, a Mohamed bin Salmán, que seguro que soñaba con tener un día como el de hoy, primero derrotando a la Argentina de Messi en la Copa del Mundo y luego pudiendo cerrar a Cristiano Ronaldo para uno de sus equipos.