José López4 min lecturaEl triunfo del Manchester City en la final de la Champions League ha devuelto a Pep Guardiola a la cúspide del fútbol mundial. Aunque lleva dominando el fútbol inglés desde hace más un lustro, le faltaba la corona europea para ser reconocido. Tras seis fracasos seguidos, al séptimo logró romper el mal fario con los 'Citicens' e imponer en el Viejo Continente su hegemonía local.
El técnico de Santpedor sucedió en el cargo al hoy entrenador del Real Betis, Manuel Pellegrini, cuya despedida fue unas semifinales en 2016, algo que Guardiola no podría igualar hasta 2021. Pero el cambio en el equipo fue radical, como señala el exportero del Málaga en una entrevista en AS. El guardameta, que vivió ese periodo de transición, también fue verdugo del City hace dos años, cuando militaba en el Chelsea.
"La noticia nos la comunicó Pellegrini. Nos reunió y nos dijo que él no continuaba porque el club estaba negociando con otro entrenador y a los días nos enteramos de que era Guardiola. Al anuncio le sucedió una avalancha de noticias. Muchos jugadores no sabían si seguirían o no. Se barruntaban muchos movimientos y así fue. Muchos jugadores se quedaron... pero otros se fueron", asegura Caballero.
Pellegrini lo ha reconocido más de una vez, que la transición fue normal y esperada, ya que cuando lo fichó el City, Beguiristain le dijo que su primera opción era Guardiola, pero que, como no estaba disponible, lo había fichado a él. Y, cuando ya lo estuvo, lo fichó para el City y emprendió está nueva etapa.
"Ambos son entrenadores ganadores y les gusta tener la pelota. Pero Guardiola insistía mucho más en el día a la hora de sacar la pelota desde atrás y someter al rival. Los primeros meses fueron bastante exhaustivos para educarnos en cómo salir jugando, eliminar rivales, ver y generar espacios...", indica el portero argentino, quien narra cómo fue el paso de trabajar con el hoy técnico bético a hacerlo con el exblaugrana. "La llegada de Guardiola y Estiarte, que lo controla todo, significó un cambio muy importante en todos los ámbitos. Todo cambió para bien, desde la organización de la semana y de los viajes hasta los entrenamientos. Pep vino con su gente y varió la forma de trabajar para que los jugadores se sientan a gusto y sólo piensen en fútbol. Incorporó mucha gente de su confianza, no sólo en el 'staff' técnico, también vino el doctor Cugat, y se involucraron al máximo desde el primer día", indica. El trabajo tardó, pero la paciencia y la confianza del club, a la larga, ha dado sus frutos. El PSG, un club similar, es el ejemplo de lo contrario.