Ofertas avanzadas por Pogba

Paul Pogba es un hombre libre de sanción. El centrocampista francés lleva sin jugar desde el 3 de septiembre de 2023 por un tema de dopaje. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le 'castigó' por un periodo de cuatro años. Sin embargo, tras una reclamación la sanción se redujo a 18 meses y expiró este pasado mes de marzo. Puede volver a jugar y en esas está el campeón del mundo. Desvela en una reciente entrevista que tiene propuestas y las enfoca con ganas de dejar atrás un pasado marcado por la tristeza, la desilusión e incluso habla de depresión.

Pogba, listo para jugar

Pogba ha vuelto a hablar alto y claro después de saber que es un futbolista elegible para continuar su carrera deportiva: "Primero, no puedo esperar para jugar. Ha pasado tanto tiempo desde que jugué fútbol. Nunca imaginé estar libre en esta época de la temporada, ni haber vivido una transferencia como esta. Hoy, hay ofertas de todas partes. Quiero ver cuál me conviene más, ya que estoy en un momento crucial de mi vida y carrera. Tomaré el tiempo necesario para tomar la decisión", desveló en la revista GQ.

Un Pogba que se planteó la retirada en caso de que la prohibición de juego se haya demorado más tiempo: "Si hubiera tardado cuatro años en volver a jugar, probablemente hubiera dejado el fútbol. No es algo que quise decir públicamente, pero realmente fue algo que se me pasó por la cabeza", afirmó.

Depresión y incomprensión al mundo

La Juventus no le apoyó tras conocer la sanción por dopaje. Le negaron el acceso a las instalaciones y le dieron la espalda: "No supe por qué. Cogía el balón y jugaba sólo afuera. Me sentía muy triste". Cuando recibió la comunicación de su abogado en la que le comunicaba el 'castigo', la reacción de Pogba fue de total asombro e impotencia: "No lo entendí. Me preguntaba: '¿Por qué?'. Ese momento ha sido el más difícil que he vivido", se preguntó el pivote galo.

La etapa con José Mourinho en el Manchester United supone un periodo de oscuridad. Pogba habla alto y claro sobre ella: "Era un jugador con un rol importante en el equipo y de repente me vi en el banquillo. Caí en una fuerte depresión sin darme cuenta. Nadie nos enseña cómo lidiar con la depresión. Incluso se me empezó a caer el pelo por el estrés", admite.

Ahora el futbolista sólo quiere recobrar la sonrisa y olvidar este amargo periodo de soledad: "Me siento como un niño que quiere ser profesional. Todo lo que me pasó me cambió. Comprendí cómo era la vida real. Ahora quiero volver a ser feliz".