No atraviesa el PSG por su mejor momento, estando sumido los parisinos en una crisis de resultados y de vestuario que podría condicionarle este martes en la eliminatoria de Champions contra el Bayern. En la debacle contra el Monaco, uno de los más señalados fue el brasileño Neymar, quien protagonizó una monumental bronca en el vestuario con el director deportivo Luis Campos. En el terreno de juego, además, ya había hecho lo propio con Ekitiké y Vitinha.
Pese a su buen rendimiento a lo largo de la presente temporada, incidentes como estos están empujando al conjunto parisino a meditar su venta el próximo verano. El problema con la hipotética salida de Neymar es el mismo que ya existió el pasado verano: su alto salario y su situación contractual. Cabe recordar que Neymar renovó de manera automática hasta 2027 y que es uno de los mejor pagados de la plantilla del PSG, donde los salarios son especialmente altos. Resumiendo: ningún equipo europeo puede asumir ahora mismo su actual ficha.
Los números de Neymar, en cualquier caso, siguen siendo muy llamativos. 17 goles y 16 asistencias en 27 partidos durante la presente temporada. Eso sí, su nivel tras el Mundial no es el mismo que mostró antes de la Copa del Mundo que se disputó el pasado diciembre en Qatar.
Por otro lado, cabe destacar también que el PSG quiere mantener la próxima temporada en su plantilla a Messi y Mbappé, y eso tiene un coste. El futuro de Neymar, por tanto, vuelve a estar en el foco de todos. Y es que su venta es una posibilidad que vuelve a tomar fuerza. El brasileño, como ocurre con un Sergio Ramos que acaba contrato, podría cambiar de aires este verano.
Ahora mismo, la prioridad del París Saint-Germain es la de renovar a Leo Messi, habiendo focalizado todos sus esfuerzos el conjunto parisino en la continuidad del astro argentino. Un empeño que podría pasarle factura a la entidad gala, despertando cierto recelo en el resto de sus estrellas. Demasiados frentes abiertos para Luis Campos, quien se ha visto obligado a lidiar con los egos de un vestuario plagado de jugadores de altísimo nivel. En el caso de Ramos, por ejemplo, la confianza de su técnico no se antoja suficiente para conseguir una renovación a la que hoy por hoy el PSG no le da ninguna prioridad, como sí ocurre con Messi. Neymar, mientras tanto, está a la espera de ver cómo actúan con él.