La Roma de José Mourinho perdió el pasado 31 de mayo la final de la Europa League frente al Sevilla en Budapest. No sentó nada bien al entrenador portugués aquella derrota, la primera de su carrera en una final europea tras haber ganado las cuatro anteriores que había disputado en su trayectoria en los banquillo con el Oporto, el Manchester United y la propia Roma, pero caer en la tanda de penaltis fue un trago demasiado amargo que todavía no parece haber superado 'Mou'.No en vano, así lo ha venido reconociendo en las últimas ruedas de prensa previas de sus partidos de Europa League, donde le recuerdan que se quedó a las puertas de levantar el título que finalmente consiguió el Sevilla. "Siempre diré que no perdimos. Yo continúo diciendo y continuaré diciendo hasta el final de mi carrera, y posiblemente hasta incluso después, que no perdimos la final de Budapest. Continuaré diciendo esto cada vez que me pregunten por la final de Budapest, que esta final no la hemos perdido", recalcaba Mourinho hace tan sólo dos semanas.
Su particular versión de los hechos viene fundamentada en que según él, no le pitaron dos supuestos penaltis en aquella final. Tal fue su enfado aquella noche que poco después el pitido final no dudó en ir a buscar al equipo arbitral a la furgoneta que los trasladaba a su hotel para increparles. Todo un show...
Pero es que parece que desde aquella final Mourinho no levanta cabeza, como si esa derrota le hubiera marcado tanto, de hecho la sigue teniendo muy presente, que no le deja avanzar esta temporada. En la temporada 2023/2024 Mourinho tan sólo ha ganado dos partidos en la Serie A, lo que lo ha sumido en la decimotercera posición, cuatro puntos por encima del descenso y lejos de las posiciones europeas, y lo que es peor, en una crisis deportiva que de no ganar este domingo le podría costar el cargo.
Así lo anuncia en el día de hoy el Corriere dello Sport, que lo lleva incluso a su portada, asegurando que Dan Friedkin, propietario de la Roma, estaría decidido a fulminar a Mourinho en caso de no ganar mañana en el campo del Cagliari de Claudio Ranieri. El mismo medio desvela que el dueño de la Roma "habría querido echarle inmediatamente después de la derrota en Marassi" (4-1 ante el Genoa) pero que Tiago Pinto, director deportivo, lo convenció de que no tomara esa decisión.Incluso ya está sonando el nombre de su posible recambio, que no es otro que el exseleccionador alemán Hans-Dieter Flick, aprovechando el parón internacional para que se diera el cambio en el banquillo.