El mayor error de Buffon

Si pensamos en el fútbol italiano de las últimas décadas, uno de los nombres que aparecen más rápido es el de Gianluigi Buffon, uno de los mejores porteros de siempre y durante años el dueño de la meta azzurra y de una Juventus que ha sido histórica en el fútbol transalpino. Desde que debutara con el Parma en el 94, hasta su retirada el pasado verano en el mismo club, vivió en la élite del fútbol durante 19 años en los que se convirtió en un símbolo, tanto su juego, como por su elegancia dentro y fuera del campo, sin embargo, hay un gesto del que se arrepiente aún hoy a sus 46 años, haber comprado el título de bachillerato.

"Cuando era joven, cometí muchos errores, pero del que estoy menos orgulloso es haber comprado mi título de Bachillerato, no lo volvería a hacer porque fue incorrecto y un ‘atajo’, y yo nunca fui así. Me gusta pensar que mis imperfecciones me acerquen a la gente, me hagan más humano”, declaró el de Carrara durante un evento en su país. Tras ese 'error' se centró en lo más importante, el fútbol, al que sigue ligado, aunque desde fuera. Ahora mismo es el jefe de la delegación de la selección italiana, que este verano tratará de revalidar la Eurocopa..

El club de su vida a nivel de resultados ha sido la Juventus, de donde guarda recuerdo "hermosos", porque tuvo "un crecimiento humano y deportivo" que le han consagrado como la leyenda que es. "El universo bianconero revuelve tus certezas, pero en el momento en el que lo haces tuyo, nunca te va a abandonar”, resalta sobre una entidad que no atraviesa su mejor momento por problemas deportivos e institucionales, pero que siempre estará en su corazón.

Si algo le falta en su palmarés, es la Champions, aunque pese a ello, no le duele no haberla conseguido, si no que agradece la posibilidad de haber podido luchar por ella año tras año. Sin embargo, lo siente más por la Juventus, con la que tantas veces estuvo a punto de conseguirlas. "Lo siento mucho por el mundo de la Juve, por los compañeros, los directivos, que llevan 30 años más o menos anhelando esta Copa". Para él, "la alegría" era jugarla, no obstante levantarla habría "cerrado un círculo", aunque no le "importa".

Su último tramo lo vivió en el Parma, donde fue muy feliz, hasta que con 45 años, sintió que era el momento de parar tras sufrir un tirón en el gemelo durante un partido. "Dije: ‘terminamos aquí’, estas lesiones con mi edad se repiten en el tiempo y esta discontinuidad entre entrenar y la rutina", aunque señala que lo seguía "pasando bien", aunque ya no jugaba de manera tan regular como antaño.