Estuvo en la cuerda floja durante muchas jornadas, pero siguió confiando en su metodología y los dirigentes del Bournemouth decidieron apostar por él hasta el final. Y lo cierto es que no se equivocaron en la planta noble del Vitally Stadium. Porque, cuando le faltan nueve jornadas por disputar (27 puntos en juego), el técnico Andoni Iraola está a punto de conseguir su primer objetivo en la Premier League.
Era toda una incógnita su desembarco en Inglaterra cuando decidió no renovar en el Rayo Vallecano y apostar por comenzar su primer aventura en el extranjero. Tenía propuestas para continuar en España, pero estaba convencido de seducir con sus ideas al fútbol británico. Y aunque ha tenido varios baches durante la temporada, la salvación de los 'Cherries' ya es virtual prácticamente. A 16 puntos sobre un descenso que marca ahora mismo el Luton, ya la tiene en su mano la permanencia.
Además, con la victoria de ayer frente al Everton, encadenó su tercer triunfo en los cuatro últimos partidos, donde ha logrado sumar diez puntos de doce posibles. Para lo que ya no le va a dar, casi seguro, será para pelear por un billete europeo, ya que está a 18 de la quinta plaza y a 10 de una sexta que podría encontrar premio si algún equipo inglés gana la Champions League.
No obstante, Iraola tratará de quedar lo más arriba posible consciente de que ya está ganando posiciones en el escaparate inglés. En su último encuentro, su equipo no dejó buscar el gol hasta que lo consiguió de la forma más absurda posible. Concretamente, fue en el minuto 90, cuando un centro al área al que no acudió ningún rematador del Bournemouth fue introducido en propia meta por Seamus Coleman, entre las dudas de Jordan Pickford, con una cesión inesperada con el pecho hacia la red de su propia portería.
No obstante, el Bournemouth dominó el marcador desde el minuto 64 hasta el 87. Desde el 1-0 de Dominic Solanke, cabeceador de su decimoctavo gol de la temporada, hasta el 1-1 de Beto, beneficiado por la falta de comunicación en un salto del portero Neto y del defensa Mempham en un balón que aparentemente no suponía ningún peligro para su portería.
Fruto del asedió final contra la portería del Everton, que despejó una infinidad de balones que colgaron los 'Cherries' sobre su área, llegó el definitivo 2-1 unos segundos después de haberse cumplido el tiempo reglamentario.