Alvaro Arenillas3 min lecturaNunca hay que dar nada por hecho. Eso debe estar pensando en estos momentos el entorno de Carlo Ancelotti. Aunque durante meses se ha dado por hecho mediante varias fuentes que será el próximo seleccionador de Brasil, el aún entrenador del Real Madrid se ha encontrado ahora con un obstáculo tan inesperado como legendario, ya que toda una institución en el país sudamericano como es Romario –campeón del Mundo en 1994 con la canarinha–, ha dicho directamente que no le quiere entrenando a Brasil.
"Que se joda Ancelotti. Quiero a Diniz hasta el final. Quiero felicitar a Ednaldo Rodrigues, el presidente de la CBF, porque escogió muy bien a Diniz. Es el mejor entrenador que tenemos en Brasil. Él aún no tuvo tiempo de hacer en la selección lo que hace en el club, que es su fuerte, que es entrenar y juntar a los jugadores. Él hace lo que puede. Empató y perdió en sus últimos partidos, pero nadie gana siempre", afirma durante una entrevista concedida a Panorama Esportivo.
El ídolo de clubes como el Barcelona español calificó a Diniz como el mejor entrenador de Brasil en la actualidad y señala que tienen que darle tiempo para que muestre resultados. Diniz, que se desempeña simultáneamente como técnico de Fluminense, fue nombrado en julio como seleccionador interino de Brasil por lo menos hasta mediados de 2024, para cuando la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) espera que Ancelotti, que no ha confirmado que vaya a ser así, asuma el comando de la Canarinha.
En la mencionada entrevista, Romario manifestó su deseo de que el Fluminense, uno de los clubes en los que jugó como profesional, se imponga al Boca Juniors argentino en la final de la Libertadores, que se disputará el sábado en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Tras referirse al Boca y a los argentinos con palabras soeces, Romario dejó claro hasta qué punto quiere que Fluminense levante la copa: "Es el mejor equipo y es el que merece el título realmente", comenta.
Antes de cerrar su intervención, Romario también tuvo la oportunidad de entrar a valorar el gran número de jugadores que han aceptado millonarias propuestas para jugar en el fútbol saudí y qatarí. "Si fuese yo, ya me habría ido. Tienen que ir. El jugador de fútbol tiene de 10 a 15 años en el auge y tiene que aprovechar al máximo la parte financiera, principalmente los que no tienen ningún sueño de ser elegidos el mejor del mundo y esas cosas", sentencia.