Marcelino García Toral ya ha vivido la situación de no estar sin equipo en más de una ocasión a lo largo de su carrera. Hace tan solo unos días que el técnico asturiano abandonó la Ligue 1 tras los altercados entre la propia afición del Olympique de Marsella y la dirección del club. La larga trayectoria del técnico hace que le resulte familiar estas controversias, que en los últimos años ha podido vivir en sus propias carnes.
Lo de Marcelino con los presidentes de sus equipos es para verlo. El entrenador no ha tenido suerte en los últimos proyectos donde ha estado al frente. Por si fuera poco, en algunos equipos se ha marchado por la puerta grande, mientras que en otros, la situación del equipo hizo que estallase por su lugar.
Todo comenzó hace cuatro temporadas. Marcelino García Toral salió del Valencia CF después de haber conseguido la Copa del Rey en la anterior temporada. Todo el mundo conoce la situación del conjunto che con Meriton y finalmente salió por la puerta de atrás cuando nadie lo esperaba. Albert Celades fue su sustituto, quien tampoco funcionó y Voro fue el encargado de poner las riendas de nuevo en su sitio.
"Todo iba bien, pero tienes un dueño que puede destruir, y destruyó un equipo en un tiempo récord mundial. No tenía sentido destruir ese proyecto. Los jugadores quieren ganar y estaban contentos con la forma en que estaban las cosas y se sentían seguros de enfrentarse a cualquiera", decía Marcelino en su marcha.
Un par de temporadas más tarde se hizo con el banquillo del Athletic Club, donde perdió una final de Copa del Rey ante la Real Sociedad, pero que dejó al equipo cerca de los puestos europeos. Marcelino tuvo la mala fortuna de que a Elizegi, quien le contrató, se le acabó su mandato y con las elecciones a la vuelta de la esquina se decidió que el asturiano no renovase finalmente con el club.
Esta temporada, después de tener su primera experiencia fuera de España, acabó repudiado por su propia afición, al igual que Pablo Longoira. El presidente español del Olympique de Marsella también acabó su mandato en el equipo francés días después de la marcha de Marcelino.
Lo cierto es que no ha tenido mucha suerte en los últimos años, donde la dirección deportiva de los clubes a donde ha ido no le han acompañado bastante. Se desconoce cuál será el próximo equipo de Marcelino, pero seguro que no le faltarán pretendientes.