La carrera como entrenador de Robert Moreno ha estado plagada de altibajos desde que asumiera el mando de la Selección Española de forma interina sustituyendo a Luis Enrique. Sus pasos por Mónaco y Granada no fueron nada bueno, y pese a que ambos conjuntos dejaron buenos momentos, no ha terminado nunca de cuajar su idea de fútbol, hasta que ahora ha afrontado un nuevo reto que nada tiene que ver con lo vivido hasta ahora, coger las riendas del Sochi, el colista de la primera división rusa, una aventura que arrancó hace poco más de dos meses y de la que ahora hace una primera valoración.
"Cómo vas a ir, que vas a bajar, es horrible", eso fue lo primero que le dijeron cuando comentó la posibilidad de vivir la experiencia rusa, según ha declarado en una entrevista a la agencia EFE, aunque en lugar de venirse abajo, le sirvió para echarle más ganas y lanzarse a por el objetivo, ya que si le dicen que no puede hacer algo, se crece y va a por ello, ya que le "motiva" mucho.
Desde su firma en diciembre hace dos meses, ha tenido tiempo de empezar a preparar la segunda parte de la campaña, ya que la liga para en los meses de invierno por las temperaturas extremas y será el 3 de marzo cuando empiece la parte final. Los suyos son colistas, con 11 puntos en 18 partidos, y les quedarán 12 para remontar la situación, eso sí, tiene claro que son mejores de lo que indica la tabla y espera revertirlo, además de que desde la directiva le han dado todo lo que ha pedido. Su objetivo es clarísimo, ganar. "No hay futuro, no hay pasado, sólo el partido ante el Fákel, intentar ganar y seguir sumando minutos como equipo".
En el baile de banquillos del fútbol europeo, se va a quedar libre un asiento que conoce muy bien, el del Barça, donde como segundo entrenador de Luis Enrique conquistó todo. Para él, los culés están viviendo "un proceso normal" para "un equipo obligado a ganar siempre" y que cuando eso no ocurre "parece que sea la mayor crisis del mundo", por lo que entiende lo mal que lo está pasando Xavi. "El que se hace entrenador sabe que la diversión dura 30 segundos tras el pitido final y después estás pensando en el siguiente partido", además de lo que pesan los banquillos tan grandes."La figura de entrenador del Barca es una de las más difíciles que existen porque los niveles de exigencia son extremos".
En su etapa de Mónaco pidió el fichaje de Aurelien Tchouameni cuando aún era un niño y a partir de ahí fue responsable de su desarrollo hasta su salida. Ahora que lo ve con perspectiva, lo considera uno de los grandes pivotes de futuro del fútbol. "Para jugar en un equipo tan grande como el Real Madrid no basta con tener talento, hay que tener la cabeza muy bien amueblada y Tchouaméni y su entorno la tienen", además de que también tiene la opción de jugar como central también es muy útil, y tiene mucho futuro ahí."Las condiciones las tiene, si quiere, puede ser como Mascherano en el Barça, se puede convertir en uno de los mejores central del Real Madrid", reconoció el preparador.