Cada vez que llegan las vacaciones navideñas, sobre todo en las competiciones en las se producen parones más largos, los clubes insisten a los jugadores en la importancia de no cometer excesos de ningún tipo en los festines propios de la fecha para no regresar fuera de forma a la competición. De hecho, los preparadores físicos suelen ponerle deberes tanto físicos como alimenticios a los futbolistas de cara a evitar estas situaciones, si bien en Alemania lo llevan a otro nivel y se imponen incluso multas económicas por regresar del asueto con algún kilo de más.
Así las cosas, el fútbol para en el país germano hasta el 12 de enero para poder disfrutar plenamente de estas fechas entrañables, lo que obliga a los clubes a extremar las precauciones para que todos vuelvan descansados pero sin descuidar lo más mínimo su físico para competir al máximo desde el primer día. En este sentido, los futbolistas se marchan de vacaciones a sabiendas de que tendrán que rascarse el bolsillo si no cumplen con las normativas del club y la báscula les juega una mala pasada.
Un control exhaustivo
Y es que el futbolista del Borussia Dortmund Thomas Meunier reveló que en Alemania se toman muy serio este asunto y que en su club se imponen castigos económicos si regresan a los entrenamientos tras las vacaciones menos finos de lo que se fueron. "Nos pesaron durante el último entrenamiento y nos volveremos a pesar cuando volvamos”, explicó en RBTF el belga, que añadió que todos los futbolistas son conscientes del precio que hay que pagar por los gramos engordados.
“El precio es conocido: está prevista una multa de 1.000 euros por kilo tomado", reveló el carrilero, que matizó que la multa sube cuando la situación es preocupante, hasta el punto de que el listón se baja considerablemente. "A partir de cierto nivel, pasamos a 1.000 euros… ¡por 100 gramos!”.
"A un futbolista le costó 10.000 euros"
Además, entre risas, confesó que hubo un futbolista que se vio obligado a tirar de chequera por haber regresado en un estado de forma muy poco óptimo: “Sin mencionar el nombre, conozco a uno que le costó 10.000 euros". Eso sí, después puso de su parte para tener que pagar menos a la entidad: "Le dijimos: ‘Tienes una semana y si pierdes los kilos te reducimos la multa’... ¡y lo consiguió!”.
Meunier se refirió en concreto a su actual equipo, el Borussia Dortmund, pero no sería el único club en la Bundesliga que utilizaría esta amenaza económica para frenar los malos hábitos alimenticios de los futbolistas en vacaciones. Tendrán que cortarse en las cenas de Nochebuena y Nochevieja...