A Luis Enrique le va el salseo y se le nota desde lejos. Lo demostró como 'streamer'. El cansino 'culebrón Mbappé' podía convertirse en un incordio para el París Saint-Germain, en general, y para su entrenador, en concreto, así que el asturiano ha decidido jugar. Y por sus risas a cámara parece que se lo está pasando bien. Lo mismo se rinde ante el francés colmándole en elogios y ensalzando su importancia capital en el equipo, que le deja en el banquillo y le lanza amagos de despedida en sala de prensa. Acepta el juego y le gusta jugar, pero tonto no es -nada más lejos-, así que los piropos y las titularidades son para la Champions League, mientras que las suplencias y las chanzas tiene coto exclusivo en la Ligue 1, donde el PSG cuenta con un colchón importante en el liderato a pesar de que sólo ha ganado uno de los cuatro encuentros desde que empezó el 'castigo' a la estrella parisina y de que sólo ha sumado tres puntos de los últimos 12 en juego. Sin Mbappé, empaté.
"Mis decisiones siempre han sido las mismas toda la temporada", decía hoy Luis Enrique para descartar que sus juegos desestabilicen o perjudiquen al equipo; pero los datos no le dan la razón en eso. Antes de que Kylian Mbappé anunciase su intención de no renovar su contrato para cambiar de aires el próximo verano llevaba 14 jornadas seguidas completando los 90'. Desde que comunicó su decisión, el PSG ha jugado cinco partidos de Ligue 1 en las que su '7' sólo ha jugado 145 de los 450 minutos posibles. Se quedó sin jugar ante el LOSC Lille y sólo tuvo 28' en el 0-2 antes el FC Nantes (gol incluido). Fue titular ante el Stade Rennes, pero Luis Enrique le quitó en el 65' con 0-1 en el marcador del Parque de los Príncipes, en un duelo que acabó empatando con polémica sobre la bocina.
Ese 1-1 fue el primero de las tres igualadas seguidas del gigante galo desde que Mbappé perdió la vitola de titular. La semana pasada, se conformó con un 0-0 ante el AS Monaco con sólo 45' para su mejor jugador, que este mismo domingo ha vuelto a empezar sentado en el banquillo y sólo ha tenido 17' de juego en el 2-2 ante el Stade Reims, de nuevo en casa. Pese a que ha dejado de jugar en Ligue 1 y lleva cuatro citas seguidas sin marcar, Mbappé suma 21 goles en 23 jornadas. Eso no evita que Luis Enrique diga en rueda de prensa cosas como el "Cuando yo quiera" o el "Depende de si sale el sol o no" para contestar a las preguntas de si le va a alinear de inicio.
"Sólo puedo desearle a Kylian Mbappé todo lo mejor para el futuro. Es un jugador increíble y una persona todavía mejor. Le deseo lo mejor de lo mejor, pero el PSG tiene que acostumbrarse a jugar sin Kylian tarde o temprano. Sobre su futuro yo creo que tengo poco más que decir. Cuando las partes se pronuncien, me pronunciaré. Mientras no se pronuncien, seguiré ejerciendo mi profesión, que es tomar decisiones", espetó este domingo tras el 2-2 con el Reims. "Sólo puedo desearle lo mejor a Mbappé. Como jugador es el número uno y como persona mejor. Pero esto no interesa. Interesa si hay problemas", insistió, ya cansado de la insistencia en el tema.
Pero este tenso debate sólo existe en Ligue 1. Otra historia radicalmente diferente es la de la Champions, que es la gran aspiración de Qatar y el principal motivo del empeño de los jeques en seguir echando billetes a la causa. En la máxima competición continental, Mbappé ha jugado los 90 minutos en los seis partidos de la Fase de Grupos y en los dos de la eliminatoria de octavos de final ante la Real Sociedad, equipo al que fulminó anotando tres de los cuatro tantos de la eliminatoria.