El conflicto entre Israel y Hamás, con bombardeos diarios sobre los territorios palestinos en la Franja de Gaza, sigue su curso desde que el pasado 7 de octubre se lanzara un duro ataque contra el territorio israelí por parte de grupos armados palestinos. Un drama que lo ha paralizado todo en un país que, pese a la peligrosa situación que se vive, quiere retomar la normalidad cuanto antes, algo que también afecta al mundo del deporte.
En su momento no hubo más remedio suspender la Ligat ha’Al, siendo muchos los jugadores extranjeros que abandonaros Israel al temer por su vida, como el español José Rodríguez, ex de Real Madrid, Deportivo de La Coruña y Málaga. Pero, de forma sorprendente, se ha decidido que la competición se retome de forma inminente, por lo que al centrocampista no le ha quedado otra que regresar para cumplir su contrato con el Hapoel Tel Aviv, con el que tiene firmado hasta junio de 2025.
Mientras tanto, desde las altas instancias del futbol mundial se lavan las manos, algo que ha sido duramente criticado por José Rodríguez, que tuvo que huir con su mujer y sus tres hijos de un país al que ahora regresa por obligación, sin que nadie tome cartas en el asunto.
“No me quedaba otra. Hemos tenido la mala suerte de que la FIFA no se ha pronunciado y tengo que cumplir mi contrato. Si a algún futbolista extranjero le pasa algo, será responsabilidad de la FIFA. Hablamos de un país que se ha declarado en guerra. Conozco a mucha gente que no quiere regresar”, ha asegurado de forma tajante en el diario As.
El ex canterano madridista regresó el pasado verano a Israel para afrontar su tercera etapa tras militar anteriormente en las filas del Maccabi ten Aviv y el Maccabi Haifa, dejando claro el aprecio que siente por dicho país pese a todo. “Todo el mundo sabe que yo amo a Israel y no tengo ningún problema en volver. De hecho, aquí estoy. El contrato me podría haber dado igual. Podría haber ido a tribunales y creo que habría ganado, pero no voy a llegar a ese punto y menos con un país y un club que me han tratado tan bien. Una parte de mí se siente israelí”, señaló.
Ahora bien, eso no quita que eche en falta mayor implicación por parte de la FIFA. “Esperaba que a los jugadores extranjeros se nos hubiera dado la oportunidad de elegir. Me habría gustado tomar la decisión por mí mismo y no porque me obligaran”, explicó el centrocampista, quien recuerdo el inicio del conflicto como “una película de terror”.
Ahora, según sus palabras, todo parece normal. “Cuando estás aterrizando miras por la ventana temiendo ver algo raro, pero ni mucho menos. Sí que vi algo diferente y son las fotos de los secuestrados, que están puestas todas en el aeropuerto. Casi se me caen las lágrimas al verlos. Al llegar me junté con mi ‘familia’ de aquí, recogimos unas pizzas y nos las tomamos en la terraza de casa. Si no ves la televisión ni las redes sociales, no te enteras de que estás en un país en guerra”, señaló al respecto, aunque por si acaso ha viajado solo y ha dejado a su familia en España.