El Bayern de Munich atraviesa uno de los momentos más bajos de su historia reciente, a ocho puntos del liderato en Bundesliga, eliminado en la Pokal (copa de Alemania) y con la Champions como única competición en la que tienen opciones, pese a caer en la ida de octavos ante la Lazio, lo que les obligará a remontar en su estadio. Pero más allá de los pobres resultados, lo que más preocupa en Baviera es la crisis institucional y social que atraviesa la entidad, con una falta de liderazgo clara y la imagen de Thomas Tuchel cada vez más deteriorada.
A falta de cinco meses para el final de la campaña, que está muy cerca de convertirse en la primera sin títulos de los muniqueses y ya se habla de revolución. Empezando por el entrenador, donde pese a que Tuchel tiene contrato, ya están pidiendo su cabeza y el deseado es un viejo conocido de la afición, Xabi Alonso. El donostiarra está haciendo saltar todos los pronósticos con su Bayer Leverkusen, con el que está asombrando a Europa en general y Alemania en particular, liderando la Bundesliga y optando a la Pokal y Europa League. Su época como jugador dejó gran recuerdo y quieren que se siente en el banquillo, pero tendrán que competir con Liverpool, Real Madrid y con el propio club de la aspirina.
La plantilla no se libra de la guillotina. Solo hay cuatro jugadores considerados 'intocables', Harry Kane, que llegó este verano como fichaje estrella y está refrenando la apuesta a base de goles; Thomas Muller, erigido como líder del vestuario y una leyenda viva que es el gran nexo entre directiva, afición y jugadores; Manuel Neuer, uno de los mejores porteros de la historia y Jamal Musiala, la cara de futuro del proyecto. Pero más allá de eso no se libra nadie, ni siquiera los últimos fichajes como Bryan Zaragoza o un Joshua Kimmich, que ha pasado en los últimos años de ser el mejor mediocentro del mundo, a estar más fuera que dentro del equipo, sobre todo debido a su mala relación con Tuchel, que le ha relegado al ostracismo. En caso de seguir el ex del Chelsea, su futuro estaría casi a ciencia cierta, lejos del Allianz Arena.
El hombre llamado a liderar esta nueva etapa es Max Eberl, el arquitecto del Leipzig, que será contratado como director deportivo, apostando por alguien alejado de la cultura del Bayern, en lugar de los últimos años cuando eran leyendas como Salihamidzic o Kahn los encargados de esta tarea. Eberl tendrá en sus manos la ardua tarea de reestructurar a un bloque que ha perdido en sus grandes piezas, dejando atrás la esencia que le llevó a dominar el fútbol europeo a la altura del Real Madrid y los grandes ingleses.