Un histórico de la liga francesa está al borde de la desaparición. La mala gestión de los directivos llevan al precipicio a un equipo que incluso ha jugado durante varias temporadas competiciones europeas. Esperan como tabla de salvación la venta de un ex jugador en los próximos días antes de que sea tarde. De hecho les urge que se resuelva cuanto antes este aspecto. Es el Girondins de Burdeos, y Jules Koundé el redentor del club en caso de salir del Sevilla Fútbol Club.
El conjunto hispalense fichó al central galo procedente del Girondins de Burdeos, equipo donde se crio en categorías inferiores y donde llegó a convertirse en profesional. Tras su salida rumbo al Ramón Sánchez Pizjuán, los franceses se guardaron un 20% en caso de futuro traspaso, que está muy pronto de producirse. Barcelona y Chelsea pelean con intensidad para ser el nuevo destino del jugador. Todo por una cifra suculenta y que serviría al Girondins a resolver parte del problema.
Cuentan también para ajustar sus respectivas deudas con los 10 millones de euros en concepto de plusvalía de Tchouaméni, actual jugador del Real Madrid después de ser traspasado este mismo verano por el Mónaco. Reducir la deuda es el salvavidas del equipo para que no llegue una quiebra mortal y que tendrá como desenlace el próximo 25 de julio, fecha en la que se expondrá si existe solvencia y capacidad de reacción, o no.
Ya fue capaz de salvar un 'punto de partido' la directiva del Girondins gracias al beneplácito del Tribunal de Comercio de Burdeos, que aceptó el acuerdo de liquidación de deuda entre el club y sus acreedores. Pero las malas gestiones no es fruto de un día, tampoco de dos, sino de una serie de decisiones nefastas que provocaron la situación de pánico actual.
Comenzó en el 2018 el declive del club francés. La venta del equipo del grupo M6 a GACP (General American Partners) y King Street se produjo bajo una deuda de más de 100 millones de euros. Al siguiente año, en 2019, el fondo inversor King Street se hacía con el cien por cien de las acciones de este histórico con su época dorada en los años 80. La política de fichajes a alto coste, comisiones de dudosa procedencia, nóminas y salarios inasumibles para la situación y un proyecto deportivo a la deriva originó un revuelo entre la hinchada que obligó al máximo accionista y presidente, Fréderic Longuepée, a salir del club.
Entró en su lugar Gerard López tras invertir 10 millones de euros, aunque no pudo evitar el descenso de categoría a la Ligue 2. Con una deuda de 53 millones de euros, la Dirección Nacional de Control y Gestión mandó expresamente al equipo al descenso administrativo a National, la tercera división del país.
Gracias a las ventas de Sekou Mara al Southampton y los casos anteriormente comentados de Jules Koundé y Tchouaméni sirvieron para reducir la deuda a 13'5 millones de euros. La última palabra, este próximo lunes 25 de julio, la tiene el Comité Nacional Olímpico y Deportivo de Francia. En caso de que se decrete quiebra en el club, el Girondins de Burdeos empezaría de cero desde la quinta división. La historia de una mala gestión que puede terminar en muerte para un equipo donde pasaron jugadores de la categoría de Dechamps, Zidane o Koundé.