En sus seis primeros partidos al frente de la selección española, Montse Tomé ha firmado cinco victorias que han servido para lograr el pase a la fase final de la Nations League, donde las campeonas del mundo lucharán por una plaza para los Juegos Olímpicos de París del próximo verano. Pero sus inicios en el banquillo de España no han sido fáciles.
“Ha sido un año muy especial, único, histórico. Hemos conseguido algo que no se ha conseguido nunca en la historia y que es muy difícil de conseguir como ganar un Mundial. Somos campeonas del mundo y es algo increíble”, ha asegurado la entrenadora oventese a modo de balance de 2023 en una entrevista concedida a Marca.
Pero al mismo tiempo, la seleccionadora nacional no esconde que “ganar el Mundial fue una sensación agridulce por todo lo que pasó y no dio mucho tiempo a celebrarlo”. Obviamente, todo estuvo marcado por el polémico beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, el cual se investiga en la Audiencia Nacional por un presunto delito de agresión sexual.
“Yo me enteré en el vestuario porque las jugadoras, la gente, empezaron a comentar lo que había pasado. Fue cuando empecé a darme cuenta de lo ocurrido”, recuerda Tomé sobre un episodio que tuvo su continuidad en la polémica Asamblea en la que ex presidente de la RFEF se negó en un principio a dimitir, pese a la corriente de opinión generalizada,
“Yo nunca había estado en una Asamblea. Pregunté varias veces si era necesario ir porque, además, suponía cortar un tiempo importante para mí. Cuando vimos lo que ocurría me sentí sorprendida por todo y fue después cuando tomé una decisión que realmente sentía sin mirar si me quedaba sin trabajo. Hice lo que tenía que hacer como persona sin pensar en lo profesional”, afirma, en referencia al hecho de que puso su cargo como segunda entrenadora a disposición de la Federación.
En cambio, la respuesta fue ofrecerle el puesto de seleccionadora, algo que asumió sin pensarlo. “Me llamaron de la Federación para decirme que tenían la idea de contar conmigo para el cargo y me vi preparada para ello. Había trabajado cinco años con diferentes roles, como segunda entrenadora, pero con diferentes funciones que me iban asignando y que tocaban todas las áreas del fútbol: análisis, planificación de tareas, táctica, físico... Siento que he ido evolucionado mucho como entrenadora, que he sabido tomarme las cosas con naturalidad”, explica.
Atrás queda su figura como ayudante de Jorge Vilda, actual seleccionador de Marruecos, con quien no mantiene ninguna relación desde entonces, como ella mismo se encargado de aclarar: “Las relaciones cambian. Es verdad que yo llegué a la Federación porque Jorge me llamó y apostó por mí, pero a lo largo de estos cinco años hemos ido pensando cada vez más diferente. Cuando me nombraron seleccionadora dije que no era Jorge Vilda porque es lo que siento. Soy una persona diferente, que transmite de forma diferente, que veo el fútbol de otra forma, que lidera a su staff a su manera y que quería tener una proyección como entrenadora partiendo de cero”.
Al comienzo, se especuló mucho con el hecho de que algunas jugadoras querían romper con todo lo que tuviese que ver con la etapa anterior y preferían otro técnico, pero Montse Tomé asegura sentir el respeto de sus pupilas: “Yo no necesito ser amiga de las jugadoras, lo que necesito es que las jugadoras entiendan lo que queremos de ellas, que sientan que las podemos mejorar, que estamos dedicando 24 horas al día por un bien común y que eso forma parte de estar en un clima profesional que tiene que ser sano y positivo”.
Ahora, su reto es derrotar a Países Bajos en las semifinales de Nations League el próximo 23 de febrero. “Tendremos que estar al 100% para que las cosas salgan como pretendemos”, avisa al respecto, al mismo tiempo que muestra su ilusión por meterse en la final y lograr un billete para los Juegos Olímpicos: “Sería cumplir nuestro objetivo. Retos como este son los que consiguen mover el motor de unas jugadoras que vienen de ganar un Mundial. Es la competición que todo deportista quiere jugar”.
Al mismo tiempo, sin embargo, no cree que su futuro dependa de lograr esta meta. “No pienso en el futuro ahora mismo. Soy de las que disfruta de lo que hace en el presente. Creo que he llegado aquí por mi trabajo. Hay gente que ha confiado en mí en un momento determinado, pero detrás de eso hay mucha pasión, energía y trabajo. No tengo miedo ni pienso en qué pasará en el futuro. Estoy centrada en conseguir los objetivos marcados, ayudar a las jugadoras, al staff y que podamos disfrutar del fútbol. Creo que la selección española se merece y necesita que la energía que haya a su alrededor sea buena y positiva”, sentenció.