Toda España y el mundo entero estaba esperando su versión. Y por fin, Jenni Hermoso ha roto su silencio y ha hablado sobre el polémico beso que Rubiales le dio en la entrega de medallas el día de la final del Mundial conquistado por la selección española femenina de fútbol.
Ha sido Telecinco, con el programa Código 10, quien ha conseguido en exclusiva el testimonio de la futbolista ante la Fiscalía: "En ese momento yo no tuve tiempo para reaccionar. No me merezco haber vivido todo esto. Ha sido muy difícil no poder salir de casa. Me he tenido que ir de Madrid para no tener esa presión. ¿Por qué tengo que estar llorando en una habitación cuando yo no he hecho nada?"
La jugadora ha subrayado haberse sentido desprotegida: "Mancharon mi imagen, yo sentí que a mí nadie me protegía. A mí me estaban pidiendo que yo les protegiera, que les ayudara, pero en ningún momento sentí que nadie me estaba protegiendo a mí".
Sobre lo que sintió en el momento que Rubiales le cogió la cara y le besó en los labios esta ha sido su respuesta: "Estaba en shock. Un hecho histórico que nos ha costado la vida conseguirlo. En ningún momento me podía esperar que pasara eso. Por la adrenalina le abracé, era una persona de confianza y nadie se esperaría eso por muy espontáneo que fuera".
Otro de los puntos del conflicto fue el momento de comentárselo a sus compañeras, algunas de las cuales decidieron tomárselo a broma en el bus de regreso al hotel y otras, obviamente no: "¿Capacidad de reacción? No, ni me lo la esperaba. Cómo lo iba a esperar en ese escenario, en una final del Mundial... Hay mucha emoción y alegría, pero ni busqué ese momento ni hice nada para que se llevara a cabo ese acto. Me vi en ese momento y al bajar se lo comenté a mis compañeras. Estaba en el vestuario y me dijeron que necesitaba que saliese, que se estaba hablando mucho del beso. Yo les dije: 'Sé cómo ha sido y no ha estado bien'. Luego en el autobús se hizo un silencio mortal. Me enseñaron un escrito del que no dije ni una palabra. Me comentaron que se estaba liando. Me sentí coaccionada".
En estas declaraciones realizadas a la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, describe cómo se produjo el momento, paso a paso: "Yo saludo a la reina, abrazo a la hija y ya el siguiente era Rubiales. Lo primero que le digo al abrazarlo es 'la que hemos liado' y pega un brinco sobre mí. Lo único que recuerdo es que me dijo 'este Mundial lo hemos ganada gracias a tí. Lo siguiente que recuerdo son sus manos sobre mi cabeza y el beso en la boca".
Cuestionada sobre sus celebraciones posteriores, Jenni Hermoso confiesa lo siguiente: "Hice de tripas corazón y seguí disfrutando con mis compañeras. No quería arrepentirme de no haber disfrutado ese momento".
Y a la pregunta que todos esperaban, sobre si el beso fue consentido o no, también ha contestado con rotundidad: "No. No me sentí respetada ni como jugadora ni como persona".
Sobre las posibles coacciones de Rubiales y Vilda posteriores, también ha respondido con firmeza: "Rubiales intentó desviar un poco el tema y nos dijo que teníamos un viaje pagado a Ibiza todas las que quisiéramos. Él me cogía, me agarraba del hombro porque yo estaba a su lado. Ahí me empecé a sentir incómoda y vi que algo más grave estaba pasando. Que lo que había sucedido no era normal y no lo fue en ningún momento".
Y en el vuelo de regreso a España, Jenni recibió otro mensaje: "Una compañera me dice que estuviera atenta porque Vilda está dando vueltas para hablar con mi familia. Mi hermano me dijo que le dejó caer que si le ayudaba me podía ir bien, que era lo que tenía que hacer".