Sara Portillo Maya6 min lecturaEl fútbol español está de enhorabuena, la Selección Española Femenina de Fútbol ha logrado alcanzar algo que hace un lustro parecía imposible: alcanzar la final de un Mundial. Nunca antes lo había conseguido. Además, arrancó a la cita mundialista con un objetico: superar la barrera de octavos. Salvo por el pinchazo ante Japón en el último partido de la fase de grupos, las futbolistas españolas están completando una actuación espléndida en la que poco a poco fueron ganando más confianza. Ahora la posibilidad de cosechar el primer título de la historia en una Copa del Mundo es más que un deseo, una ilusión o un sueño. Se han plantado en la final, gracias a muchas cosas, entre ellas a que Salma Paralluelo (Zaragoza, 2003) volviera a aparecer para abrir el marcador en un partido que ya iba dominando España. Luego Olga Carmona anotó un golazo para volver a poner por delante a 'La Roja', tras el empate de las suecas.
Salma salió desde el banquillo, cuando Suecia llevaba ya demasiados minutos soportando a España. La defensa estaba agotada y la futbolista del Barça más que fresca. En las filas españolas se agregó mucha alegría en el ataque y pasó lo que todo un país deseaba: su gol. Fue clave, como lo fue en cuartos. Y es una de las grandes artífices de que España, que ahora sólo espera conocer a su rival, se plantara en la final. Sólo tiene 19 años, pero ya ha conquistado la Liga y la Champions con el club culé, además de haber cosechado el Mundial sub-17 y sub-20. Le queda poco para seguir haciendo historia, pero esto no sería posible si no hubiera tenido que tomar una decisión que fue determinante: el atletismo o el fútbol.
Y no es que se le diera mal el atletismo... de hecho estaba llamada a ser una de las mejores atletas que han disfrutado el deporte español: fue campeona de España varias veces y obtuvo el récord nacional español en 400 metros en pista cubierta y en 400 metros valla. Como podía, iba disfrutando de sus dos pasiones y, además, cumpliendo con garantías: en 2018 se alzó con el Mundial sub-17 con España, en fútbol; en 2019 ganó el oro en los 400 metros valla, en el Festival Olímpico de la Juventud Europea, 15 años tenía. También era buena en triple salto y relevo.
La pandemia irrumpió para poner nubes grises en su proyección, sí bien es cierto que tuvo que reinventarse: entrenaba empleando sillas, en su casa. Esto no fue suficiente, la competencia no era la misma. Todo se hizo más cuesta arriba cuando en 2021 se lesionó de gravedad: rotura de ligamento de la rodilla. Eso la mantuvo nueve meses de baja, pero en 2022 llegó... para quedarse. Fue en ese año cuando tomó la decisión definitiva: escogió el fútbol sobre el atletismo. Sin duda, el hecho de que el FC Barcelona apareciera en escena fue clave en la toma de esta decisión. No era fácil decir adiós al atletismo, pero poder jugar en un equipo tan ambicioso y profesional fue determinante. Dejó el Villarreal y puso rumbo a un proyecto como el del Barça. Ese mismo año, ganó el Mundial sub-20 con España.
Su historia es una de resiliencia absoluta y no sólo por las lesiones, también en lo personal. En su casa vivió una situación muy complicada cuando, en 2008, su padre quedó sin trabajo y vivieron bajo la amenaza del desahucio. Su madre se marchó a Suiza a trabajar. Su fortaleza mental fue clave para superar momentos muy duros en su vida, también la han ayudado en la élite del deporte: tanto en fútbol como en atletismo. Pasar por una decisión tan fuerte como dejar el atletismo no es sencillo, pero vivió su duelo y le salió bien.
En una entrevista con la FIFA explicó: "Yo siempre me vi luchando por lo máximo en los dos. Por eso quería seguir con los dos. Me han dicho que mi cuerpo es muy de atletismo, muy de atleta, pero en el fútbol me dicen que tengo muy buenas cualidades físicas y capacidad de aprendizaje en los entrenamientos. Siempre me sentí de los dos al 100%". Y en su presentación con el Barça, reflejó: "Ha sido difícil renunciar a un deporte, pero tenía que dar el paso y no ha podido ser en un mejor sitio".