Markel Zubizarreta, o el último intento por hacer olvidar a Jorge Vilda en la selección española femenina. Un auténtico cortafuegos con la que hacer olvidar la crisis vivida en el seno de la RFEF y del combinado nacional femenino. Markel Zubizarreta, el hijo del mítico Antoni Zubizarreta, es el nuevo Director de Fútbol Femenino, sustituyendo así a Jorge Vilda, quien no sólo era seleccionador femenino. Una elección acorde a los tiempos y que equipara a la femenina con la absoluta masculina, habiendo un director deportivo por un lado y un seleccionador por otro. Es decir, Markel Zubizarreta y Montse Tomé, al igual que Albert Luque y Luis De la Fuente.
Nacido en Mondragón en 1985, aterrizó en Barcelona en 2015 con apenas 29 años. Momento en el que construyó el mejor equipo en la historia de la sección femenina del FC Barcelona, campeón de cuatro Ligas, dos Champions, cuatro Copas y tres Supercopas de España.
Markel Zubizarreta fue el encargado de la gestión del primer equipo femenino azulgrana. O lo que es lo mismo: con él Alexia Putellas, Aitana Bonmati, Patri Guijarro o Mapi León, entre otras, se convirtieron en las mejores de Europa. No es baladí, sino que llegaron a cuatro de las últimas cinco finales continentales, al tiempo que acumulan tres Balones de Oro (dos Alexia Putellas y uno Bonmati). De ahí, precisamente de ahí, nace la petición de las internacionales y la apuesta de la RFEF.
La Federación ha fichado a un referente en el sector, al tiempo que el núcleo duro del vestuario suma a una cara amiga; una figura de confianza que servirá como pegamento para cicatrizar las heridas, tras la guerra con Rubiales y Vilda.
La principal tarea de Markel Zubizarreta no será otra que la de recuperar a Papi León, Patri Guijarro y Claudia Pina, las tres de las 15 que todavía restan por volver a la selección. Su trato con ellas es cercano y la confianza de las futbolistas en su figura es muy alta, tal y como recoge El País en declaraciones.
Zubizarreta abandonó el Barça el pasado septiembre, tan sólo unos días después de la destitución de Vilda. Era el primero en la lista, pero faltaban por cortar ciertos flecos. Su presencia irá más allá de las elecciones de la RFEF, pues es pegamento. Tanto en el vestuario como en el banquillo, donde confía en Monste Tomé a pesar de las dudas iniciales.
En su trabajo al frente de la sección femenina de la RFEF tiene un plan trazado: romper con todo lo establecido en la etapa anterior, con Vilda a la cabeza. Mejorar la relación con los clubes y profesionalizar las competiciones de la Federación. Firmar a técnicos y staff de nivel que ayuden a incrementar el nivel de los entrenamientos. Así funcionará el último intento por hacer olvidar a Jorge Vilda.