"Es una posibilidad (la de ir a España o Italia), pero no es la única dirección posible. La ventana de transferencias es larga y nos estamos tomando nuestro tiempo. Nos tomaremos el que sea necesario para encontrar la mejor solución para Marcin una vez termine la Champions League", esas palabras, del director general de 'Football Capital', son de hace tres años, cuando el Betis puso sobre la mesa todas las alternativas que tenía para cubrir la portería y buscarle competencia a Joel Robles. Y un joven Marcin Bulka estaba en la criba final.
Antonio Cordón, recién llegado ese año, tocó futbolistas de todos los niveles, algunos como el 'Dibu' Martínez que se descartaron rápidamente, al querer el Arsenal una venta -como así hizo- y no una cesión, con otros había que pagar traspaso -de estos, Guaita es el que estuvo más cerca-, otros estaban libres y había la opción de la cesión a coste cero, en la que sólo había que hacerse cargo de la ficha. Al final, el elegido fue Claudio Bravo, que se había desvinculado previamente del Manchester City y que firmó, en principio, por dos temporadas.
Entre las opciones de jóvenes cedidos, uno de los nombres que más fuerza cobró fue el referido Bulka. El joven portero polaco era el tercer-cuarto guardameta en el PSG tras Keylor Navas y Sergio Rico, y se le buscaba una salida para que cogiera experiencia, ya que había muchas esperanzas depositadas en él. Aunque en principio apuntó algo, al final acabó en el Cartagena donde sólo jugó cuatro partidos, antes de marcharse al LB Châteauroux, de la Segunda gala.
El PSG, con la llegada de Donnarumma, acabó desembarazándose de él y fichó, tras otro año cedido, por el Niza, con el que ha crecido los dos últimos años hasta convertirse en la sensación de la Ligue 1. Su equipo marcha segundo, a un punto de líder Brest y por delante de un PSG al que venció por 2-3 hace dos semanas en el Parque de los Príncipes.
Bulka ha jugado los seis partidos de liga y sólo ha encajado cuatro goles, dos de ellos en ese mencionado encuentro. Entre otras cosas, porque en estas seis primeras jornadas le han tirado tres penaltis y no le han marcado ninguno.
Su progresión ha hecho que, por primera vez, fuera convocado en el último parón por la selección de Polonia, donde compartió la portería con Wojciech Szczesny. Su valor, no obstante, sigue siendo bajo, aunque posiblemente subirá en las próximas revisiones. El Niza puso tanta fe en él que lo firmó hasta 2026, con lo que se asegura un buen portero a coste cero o, al menos, una plusvalía importante en el caso de que alguno de los poderosos quiera volver a por él.