El RCD Espanyol ha hecho oficial este jueves, a poco más de 24 horas de expire oficialmente su contrato, que Adrià Pedrosa no continuará en la disciplina blanquiazul, un secreto a voces motivado, entre otras razones, por la imposibilidad del club 'perico' desde su estreno en el primer equipo y puesta en el escaparate de blindar a su canterano (llegó al juvenil B en 2014). Brighton y Newcastle quisieron llevárselo el verano pasado, hasta el punto de que se cuenta que uno de ellos llegó a ofrecer siete millones de euros, pero, por entonces, el ya ex director deportivo albiazul, Domingo Catoira, confiaba en ampliar su vinculación más allá de 2023. Le puso sobre la mesa un contrato por cinco temporadas y 1,6 kilos fijos, que llegaría con los bonus a los dos que pedía el agente del carrilero zurdo, que no aceptó. En enero, tiraron la toalla en Cornellà-El Prat: "Lo hemos durante los dos últimos años, pero ha elegido el camino que ha considerado mejor. No hay negociaciones activas ahora mismo ni se prevén novedades".
Tras declararle oficiosamente en rebeldía, contando a quienes preguntaban que estaba en paradero desconocido tras lesionarse del pubis, las aguas han vuelto a su cauce, hasta el punto de que el Espanyol ha ofrecido al jugador, de 25 años, los medios oficiales para despedirse. "Sólo tengo recuerdos bonitos. En este club, he crecido como futbolista y como persona, y me he convertido en futbolista de Primera división. Aunque haya vivido dos descensos, estoy seguro de que son baches que la entidad va a superar con creces. Llegué a la Dani Jarque desde mi pueblo y muy nervioso por ver cómo era dar el salto a un club de este nivel. En mi primer año aquí, ganamos La liga y me convocó la selección española, que no me lo esperaba. Luego, pasé al Espanyol B y ascendimos a Segunda B. Además, nada más llegar al primer equipo, nos clasificamos para la Europa League. Luego, llega el tropiezo del descenso, pero es una situación que te hace madurar mucho”, explica Pedrosa.
De estos nueve años, Adrià se queda con la clasificación para la UEL, ya que, "además, estaba jugando prácticamente todo en ese momento; el día en que conseguimos la clasificación el campo estaba lleno y la gente acabó saltando al césped. Fue maravilloso”. Lo peor, el mal sabor de boca por su dolencia inguinal: "Ha sido muy duro el último año, porque he pasado una lesión jodida. He trabajado al máximo para estar listo cuanto antes, pero el cuerpo no respondía”. Por último, el zurdo lanza un mensaje a la afición blanquiazul, a la que dice 'hasta luego', no 'adiós': "Aunque estemos en Segunda, este club es muy grande y estoy seguro de que va a salir adelante. Cada vez que pueda, voy a venir a animar al equipo, y quién sabe si puede haber un reencuentro en el día de mañana”. Su siguiente paso será su desembarco en Nervión hasta 2027 o 2028 para competir con Marcos Acuña.