El partido de Kylian Mbappé ante Portugal en los cuartos de final de la Eurocopa evidenció que no es el mejor futbolista del mundo. Hoy por hoy. De hecho, su torneo está siendo bastante criticable (tan sólo lleva un gol, y de penalti). Su Selección se erige como un combinado que necesita demasiadas cosas de sus estrellas para tener buenos resultados. No tienen un funcionamiento táctico demasiado claro, más alla de darle la pelota al que consideran ‘el mejor’ y que él invente. Pues ahora mismo el equipo galo, en este sentido, es un drama. Griezmann no está, ni se le espera; Thuram es un futbolista que no tiene las cualidades que atesora un jugador que cambia partidos por sí mismo y Mbappé… Mbappé necesita tiempo.
Ya en su etapa final con el PSG no ha contado con todos los minutos que necesita un jugador de su categoría. Al máximo nivel, lo normal es jugar todos los partidos y casi todos los minutos, algo que aporta una continuidad determinante. Al no tener esto, aparece la impotencia. Cuando no está a su mejor nivel la ansiedad por hacerlo bien causa estragos y precipitaciones en el terreno de juego.
Luego está el tema físico. Mbappé tiene un doble problema: la nariz y la resistencia. La fractura que sufrió en el debut de la Eurocopa ha sido definitivo y lo mantiene en el césped a un coste muy alto. Molestias, sudores, agobio y dolor cuando recibe un golpe. Si al bloquear un remate de cabeza de Bernardo Silva tuvo que ser atendido, ¿cómo va a rematar el balón en un centro para marcar un gol? Es algo que le condiciona enormemente. Al igual que también le condiciona su estado de forma. No está bien, y se le nota. De hecho, su seleccionador lo admitió tras el choque ante los lusos: “No está en sus mejores condiciones físicas”.
Quedan, con fortuna para él, dos partidos. Siete días. No es suficiente para recuperar todo lo que necesita el de Brondy. Además, los problemas que está teniendo de cara a gol poco tienen que ver con el descanso. Es algo mental. Bloqueo. Paradójicamente necesita jugar todo lo que pueda para coger ritmo de competición y poder volver a su nivel y confianza, mas esto implicará un mayor cansancio físico y mental que puede traducirse en problemas de mayor calado para el galo. Su próximo rival, Luis de la Fuente y su España multifuncional.