La victoria de Georgia ante Portugal no hizo más que confirmar la seria apuesta de esta selección en el torneo, pero sobre todo el rendimiento impresionante que están dando algunos de sus futbolistas. Los lusos de componían como el principal candidato a empatar a España en su arranque sensacional con tres victorias de tres posibles, pero los de Willy Sagnol se lo impidieron por todo lo alto. A pesar de tener figuras imponentes en ataque, como por ejemplo Khvicha Kvaratskhelia, hay alguien que se erige por encima de absolutamente todos. Alguien que ha destacado en todos y cada uno de los partidos del campeonato al igual que durante su temporada en LaLiga con el Valencia CF. No es otro que Giorgi Mamardashvili.
Ni Unai Simón (que aún no ha recibido gol), ni Oblak, ni Maignan ni absolutamente nadie ha dado el rendimiento en cuanto a intervenciones que ha dado el georgiano. En un torneo como la Eurocopa en el que es tan importante no recibir demasiados goles debido a que influye directamente en la clasificación, lo que ha hecho lo confirma como lo que es, uno de los mejores porteros del mundo. Ante Turquía recibió tres tantos, pero es que evitó otros cinco con paradas decisivas (5) que podrían haber supuesto a los suyos quedarse fuera de la Euro.
Si eso fue poco, el empate que cosecharon los georgianos ante Chequia fue gracias a él. En un partido igualado, en el que los errores defensivos aparecieron por doquier y los jugadores checos no dejaban de internar en las inmediaciones de Mamardashvili hizo nada más y nada menos que 11 paradas. Once. Una cosa impresionante. Esto le permitió cosechar ese importantísimo punto que hoy le enfrenta en octavos de final ante España.
Pero lo realmente impactante llegó ante los lusos. Cristiano Ronaldo, Bernardo Silva, Pedro Neto, Joao Félix, Conceinçao... Casi nada lo que tenía en frente. Pues fueron 22 tiros y cuatro ocasiones claras para los de Roberto Martínez en los que no consiguieron marcarle un sólo gol al guardameta todavía del Valencia CF.
Incluso tuvo tiempo para dejar su firma. Realizó una parada que bien puede suponer el 14 de julio (a pesar de todos los grandes partidos de nivel que restan por delante) la mejor parada del torneo cuando este concluya con la gran final del Olímpico de Berlín. Una estirada de órdago para rozar con la yema de los dedos un balón que iba teledirigido a la escuadra.