Los futbolistas sueñan con las grandes noches del balompié. La de este domingo será una de esas. España e Inglaterra se verán las caras en la final de la Eurocopa de Alemania 2024 en lo que se promete como un duelo futbolístico de altura. Con muchísimo más peso en este aspecto para los de Luis de la Fuente, que vienen siendo reconocidos como los que mejor fútbol practican. Eso sí, este deporte ha ido enseñando poco a poco cómo los favoritismos son una mentira y los títulos y las victorias se consiguen en el terreno de juego. Poco le ha faltado a esta selección durante el torneo. Han tenido un rendimiento excelso la mayoría de jugadores, pero si hubiese que pedir una guinda para este pastel, un toque maestro que llevara al combinado nacional a la excelencia, el nombre está claro.
Después de todo lo que ha tenido que superar en estos últimos años, Isco Alarcón se merecía estar en la Euro. Ya no por sus registros futbolísticos o cómo hubiese entrado como anillo en dedo en el esquema del técnico riojano, sino porque los grandes profesionales merecen ser premiados con estas noches.
Y es que hasta el inicio de su decadencia en el Real Madrid y su paso frustrado por el Sevilla FC, Isco era un indiscutible cuando estaba bien. Acumula hasta el momento 38 internacionalidades con España en las que ha anotado 12 goles y ha repartido 6 asistencias. Jugó absolutamente todo en los cuatro partidos en los que la Selección compareció en el Mundial de 2018 siendo bastante importante, ha jugado fases de clasificación de Eurocopa y también la Nations League.
Era la competición que le faltaba por disputar con su país y la desafortunada lesión que sufrió en el Estadio de Gran Canaria frustró sus planes.
Si como ya se ha expuesto, este problema físico era inoportuno por su rendimiento deportivo durante esta temporada (ha jugado 36 partidos con casi 3.000 minutos en los que ha marcado 9 goles y regalado otros 7), esta sensación se multiplica al ver cómo ha evolucionado el equipo de Luis de la Fuente. El ya más que mencionado cambio de ciclo. Jugar mejor al fútbol de lo que lo están haciendo los españoles en este campeonato es muy difícil, pero el de Benalmádena hubiese sido la guinda del pastel.
Un futbolista perfecto para jugar por detrás de Morata, donde más peligro tiene. Cerca del balcón del área, asociándose con Fabián y Rodri en el centro del campo, buscando disparo en las inmediaciones de la zona de peligro, inventándose pases mágicos como los que ha regalado este año a Lamine Yamal y Nico Williams o con un guante perfecto en su bota derecha para el balón parado. Además ha mostrado en el Betis algo muy necesario en esta Selección; capacidad de sacrificio defensivo. Algo que no negocia el seleccionador de Haro.
No era el momento de una lesión. Todo el mundo en España le echa de menos en la concentración ya que con su historia de superación se ha ganado el corazón de muchos. En parte, si los éxitos acaban llegando, serán dedicados a un futbolista que merecía estar ahí.