Las 19:03h de la tarde de este domingo 14 de julio de 2024. Ese era el momento exacto en el que la cuenta oficial de X de la Selección Española publicaba el once de Luis de la Fuente para medirse a la Selección Inglesa en la final de la Eurocopa en el Estadio Olímpico de Berlín. Posteriormente, las 21:00 horas, la hora de la consagración para Lamine Yamal. Sin lugar ha dudas serán dos horas que pasarán a la historia para el extremo español del FC Barcelona que ha batido un récord abrumador. Un hito con el que poco a poco se va llenando el vaso de los motivos que justifican que este adolescente será una leyenda del fútbol.
Con sus minutos en la final, Lamine Yamal se ha convertido en el futbolista más joven en toda la historia de la Eurocopa, Mundial o Copa América en disputar el último partido del torneo. Son 17 años recién cumplidos (fue en el día de ayer, sábado 13 de julio, cuando sopló las velas por 17ª vez). Para que se pueda tomar una mayor referencia de lo que esto significa, basta con mencionar al jugador que ha dejado atrás, superándolo en este reconocible récord: Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé.
La cifra de edad con la que Pelé ostentaba el récord eran 17 años y 249 días, que Lamine ha reducido a 17 años y 1 día. Un número que se une a la larguísima lista de récords que ha pulverizado el joven blaugrana que además, espera poder seguir ampliando en una final que tendrá un componente de tensión extra, debido a los dos grandes objetivos de los de Southgate y Luis de la Fuente.
Los británicos quieren poner fin a 58 años de sequía sin tocar plata. Algo totalmente inadmisible para los inventores de este deporte. Por otro lado, alzarse como el combinado nacional que ostenta una mayor cantidad de Eurocopas es algo marcado a fuego en la piel del seleccionador riojano.
Y es que todo gira en torno a Yamal. Con su golazo ante Francia fue el verdadero protagonista de las semifinales y en Inglaterra saben de la amenaza que supone. Por ello, el técnico de Watford ha hecho cambios notables en el once con el mero objetivo de poder frenarle y que no decante la balanza con alguna de sus individualidades.