En el llamado grupo de la muerte de la Eurocopa 2024, España tendrá que medirse a la histórica selección de Italia, una de las más laureadas de la historia no sólo a nivel continental. No en vano, tiene hasta cuatro Mundiales en sus vitrinas.
Sus logros, además siempre han venido acompañado de un sello muy particular, con la competitividad como seña de identidad inequívoca de un combinado que siempre hace primar el resultado por encima de todo. Así es como se define el famoso ‘catenaccio’, una idea de juego defensiva que centra gran parte de sus esfuerzos en destruir el fútbol del rival.
Con ese estilo tan particular, Italia puede presumir de haber ganado dos veces la Eurocopa, perdiendo además otras dos finales, ambas en el siglo XXI, por lo que en realidad podría decirse que le ha ido mucho mejor en los campeonatos mundiales. Sin embargo, no hay que pasar por alto que se trata de la vigente campeona.
Hace tres años, en la edición de 2020 que tuvo que disputarse un año después por la pandemia del covid-19, la ‘Azzurra’ se hizo con el título después de una larga sequía de 53 años. En un torneo diferente, al no tener una sede fija, los transalpinos dieron la sorpresa entre medias de sus dos sonadas ausencias mundialistas, en Rusia 2018 y Qatar 2022.
Con Roberto Mancini al frente, Italia apostó por el talento de su nueva generación, el llamado ‘calcio bello’, y sobresalió por un fútbol vistoso y de transiciones rápidas, si bien la victoria final no llegó hasta la tanda de penaltis, tras eliminar en octavos de final a Bélgica y en cuartos a Austria, en ambos casos por 2-1.
En semifinales, ante España, la victoria llegó en la tarda de penaltis tras el 1-1 del tiempo reglamentario, el mismo guion que se vivirá en la final de Wembley ante Inglaterra. Bonucci empató mediada la segunda mitad el tanto inicial de Luke Shaw y los italianos estuvieron más certeros desde el punto fatídico que su rival, anotando Berardi, Bonucci y Bernardeschi ante los tres errores de su rival.
De este modo, Italia volvía a coronarse campeona de Europa más de medio siglo después. Su primer título había llegado en 1968, en una fase final disputada en su propio país a la que sólo concurrieron cuatro selecciones, eliminando previamente a ida y vuelta a Bulgaria. Fue una victoria al más puro estilo italiano, empatando a cero con la Unión Soviética en semifinales y logrando el pase con el lanzamiento de una moneda a cara o cruz. Ya en la final, hubo empate a uno ante Yugoslavia y hubo que disputarse un nuevo encuentro que acabó con triunfo transalpino por 2-0, merced de los goles de Luigi Riva y Pietro Anastasi.
Además, la ‘Azurra’ cayó en otras dos finales a lo largo de su historia. En el año 2000, en la fase final disputada en Holanda y Bélgica, cayó en la final ante Francia por 2-1, mientras que en la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012, apeó a Inglaterra en cuartos y a Alemania en semifinales, pero no pudo en la final contra España, que se impuso por un contundente 4-0.