Desde el pasado 5 de octubre en Cartagena no gana el Espanyol a domicilio y si las cosas no empiezan a cambiar, la destitución de Luis Miguel Ramis parece inevitable. El técnico tarraconense ya ha conseguido superar un 'match ball' esta temporada cuando estuvo en la cuerda floja por sus polémicas palabras pronunciadas en la sala de rueda de prensa. Pero nadie sabe si esta semana, tras lo sucedido en Santander (2-0), el preparador catalán podría haberse sentado por última vez en el banquillo 'perico'.
La directiva blanquiazul sigue meditando mucho esta decisión y si a día de hoy no lo ha hecho es porque el cuadro catalán sigue estando en posiciones de 'play off'. Y pase lo que pase en el cierre de esta jornada, terminará estándolo. También la autoexigencia del propio Ramis es algo que gusta a parte de la directiva catalana y su discurso realista le podría estar manteniendo en el cargo hasta la fecha. Porque él mismo se pone en el foco y rechaza el conformismo.
Quizás a algunos aficionados o jugadores no terminen de encajarle sus palabras, pero el técnico espanyolista es así de claro: "Soy el responsable de todo. Nos falta mucho en la fase de las faltas. Sólo me fijo en la fase del balón donde sé que no llegamos. En Segunda hay que juntarse mucho más. Con balón no somos extraordinariamente buenos. No somos un equipo excelente. Ahora mismo se ve mucha oscuridad y no veo las cosas claras después de perder un partido así. En vez de 24 horas tendré que trabajar 32. Me he equivocado en los cambios de posición. No estamos encontrando esa competitividad máxima".
Sobre si cree que tiene la confianza de la plantilla, Ramis contesta así de rotundo: "Los jugadores me siguen, me consta, porque los veo trabajar. Esperamos más de los jugadores y del equipo entero, por eso el responsable soy yo. Haremos los cambios que creamos oportunos. Caerá el próximo partido sabiendo que quedan jornadas por delante. Yo creo que sé donde se va a decidir el devenir de la temporada siempre que estemos ahí. Lo que tenemos que hacer es valorar lo que haremos de aquí en adelante".
Y es que la derrota en tierras cántabras ha vuelto a dejar una imagen bastante pobre de un equipo recién descendido y al que todos tildan de claro aspirante al ascenso a directo, ahora mismo a un punto del Eibar, si bien el conjunto armero todavía tiene que disputar su partido de esta jornada frente al Zaragoza en Ipurua.