José Antonio Rivero4 min lecturaVítor Borba Ferreira Gomes, más conocido como Rivaldo, fue uno de los mejores jugadores de la historia del FC Barcelona. El brasileño se convirtió en Balón de Oro en 1999 como futbolista azulgrana, siendo también campeón del Mundo con su selección. Pero la llegada de Rivaldo al Barça es un momento que el exfutbolista recuerda con amargura.
Augusto César Lendoiro juntó en el conocido como 'Super Depor' a varios brasileños que deleitaron a A Coruña. Flavio Conceicao, Djalminha, Rivaldo y Luizao fueron los más 'jugones', aunque también había otros como Mauro Silva y Donato. La temporada 1997/98 pintaba a ser histórica, con Rivaldo y Djalminha saliéndose en pretemporada en el trofeo Teresa Herrara. Aunque a la afición deportivista le quedaba pasar un mal trago antes del cierre de mercado.
El FC Barcelona traspasó a Ronaldo Nazário al Inter de Milán, por lo que Josep Lluis Núñez, por entonces presidente azulgrana, quiso fichar a Rivaldo para sustituirle.
Núñez pagó la cláusula de Rivaldo el último día de mercado. 4000 millones de pesetas (24 millones de euros) ante los que Lendoiro no pudo a hacer nada. Los azulgranas pagaban cuatro veces más de lo que pagó el Dépor un año antes, una temporada en la que Rivaldo anotó 21 goles.
Rivaldo no quería irse a Barcelona, ideando una estrategia para quedarse en Coruña, aunque al brasileño no le salió bien la jugada, tal y como cuenta en una entrevista con Betfair. "Tenía miedo, estaba un poco tenso. Pero en A Coruña me encontré con Mauro Silva y Donato, era un grupo muy bueno. Y después fueron llegando muchos brasileños, así que me sentí muy a gusto", recuerda sobre su época en la ciudad gallega.
"Me quedé un poco sorprendido. Era el último día del mercado, yo estaba muy contento en A Coruña. Había hecho una gran temporada, iba a empezar mi segunda campaña. Entonces me llamó mi representante para decirme que el Barcelona estaba interesado en ficharme. Recuerdo que yo estaba con Mauro Silva en la habitación", comienza contando Rivaldo sobre cómo recibió la noticia del interés del Barça.
"A mí me entró miedo porque yo estaba feliz en el Deportivo. Me había comprado una casa, me encantaba A Coruña, estaba muy feliz. No quería irme, así que le dije al representante que pidiese el triple de lo que cobraba en el Deportivo para no irme. Él me contestó que sería muy difícil que llegasen a esas cantidades, pero que hablaría con el Barcelona. Yo le dije que no había ningún problema, que yo estaba muy feliz en A Coruña", añade Rivaldo.
"10 minutos después me volvió a llamar mi representante y me dijo que habían aceptado. Luego me enviaron un documento y yo lo firmé", explica.
Esa misma noche, el Dépor jugaba la final del Teresa Herrera ante el PSV y en las gradas comenzaba a rumorearse la marcha del brasileño. "La Federación Española había dicho que yo sería jugador del Barcelona a partir del día siguiente. La afición del Deportivo me empezó a abuchear y a llamarme pesetero. Me lanzaron monedas al campo. Fue difícil", confiesa.
"No tuve tiempo para nada, ni siquiera para hablar con mi mujer. Yo no me quería ir, pero ellos aceptaron la propuesta y firmé. Me acuerdo que tomé el avión desde Santiago de Compostela porque no quería ir al Aeropuerto de A Coruña, ya que estaban enfadados conmigo", concluye Rivaldo.