R. Madrid
Man. City
El encuentro arrancó de forma intensa, con un Manchester City que buscaba desde los primeros compases la meta defendida por Lunin. No tardaron demasiado en ver puerta, ya que Bernardo Silva, con un impecable lanzamiento de falta, adelantó a los de Guardiola, noqueando a los de Ancelotti, que se debían recomponer rápido de lo sucedido.
Iba a ser un duelo movido, y ambas escuadras eran conscientes de ello. Por eso, el Real Madrid, que no quería perder el control, se puso rápidamente manos a la obra para intentar igualar la contienda. A través del control de la pelota, los locales querían tener calma, buscando incomodar al City con iniciativa, sin esconderse. No tenían nada que perder y esa era su mejor baza para intentar sorprenderles sobre el césped del Bernabéu, engalanado como pocas noches para apoyar a sus futbolistas.
El Real Madrid no desistió, y, a los pocos minutos, llegó el ansiado gol del empate. Tras un gran pase de Carvajal, Camavinga, de forma impecable, tras una buena jugada individual, envió el balón a la red, haciendo estallar de euforia a los seguidores merengues. Se estaba cumpliendo la profecía, era una noche mágica para el madridismo. Pocos compases después, tras un pase filtrado, Rodrygo volvió a aparecer ante uno de sus rivales fetiche. Solo ante Ortega Moreno, de forma suave, puso el balón lejos del meta para anotar el 2-1 y desatar todavía más la alegría en las gradas.
La balanza se estaba desequilibrando a favor de los blancos, que habían conseguido algo realmente complicado: remontarle en poco más de cinco minutos al vigente campeón de la Champions. Con ocasiones para los dos, era complicado aburrirse en Madrid, que estaba viviendo un gran espectáculo, digno de la máxima competición continental. En el tramo final de la primera mitad, los visitantes no dejaban de apretar, pero, en dicha fase, no terminaban de encontrar grietas por las que socavar la sólida muralla establecida por los pupilos de Ancelotti.
Tras el paso por los vestuarios, al City no le quedaba otra que no fuera remontar y salir a por todas desde los primeros compases. Eso fue lo que hicieron, generando ocasiones, intentando poner a prueba a Lunin. Sin embargo, la solidez atrás del Real Madrid estaba pudiendo controlar, al menos por el momento, las aproximaciones de una escuadra inglesa que necesitaba algo diferente, una chispa que les permitiera meterse de nuevo en el encuentro. Asimismo, la zaga de Guardiola también debía estar atenta, porque, con poco, el cuadro merengue hacía mucho daño. Bellingham, tras driblar a la defensa, se quedó cerca de marcar, pero su lanzamiento se fue algo desviado de la meta de Ortega Moreno. No dejaban de llegar, pero la precisión no les estaba acompañando lo suficiente para ampliar su ventaja, para desesperación de su afición, que no entendía qué les faltaba para anotar el 3-1.
Avanzaban los minutos, y el Manchester City no encontraba ese punto de fortuna. Con un rival cada vez más cómodo, Guardiola se enfrentaba a una rampa cada vez más empinada si quería sacar algo positivo del Bernabéu, que se estaba dejando el alma para apoyar a su equipo. Cierto es que contaban con algunas ocasiones, como la de Bernardo Silva desde fuera del área que atajó Lunin, pero no terminaban de inquietar a los blancos.
Rozando el ecuador de la segunda mitad, llegó la ansiada segunda diana para los mancunianos. Phil Foden, con un lanzamiento imposible de parar a la escuadra, empataba el encuentro para los vigentes campeones de la Champions. Esta diana le dio aire a los ingleses, que no se encontraban nada cómodos hasta ese momento. Mientras, el Real Madrid, que se quedó algo noqueado con dicho tanto.
Las consecuencias no se hicieron esperar. En el minuto 70, el Manchester City volvía a adelantarse en el marcador, gracias a una diana de Gvardiol. El central, una de las grandes apuestas de los británicos, con un gran remate, ponía por delante a los de Guardiola, que cogían mucha confianza para el tramo final. Era el peor momento para los de Ancelotti, que necesitaban recomponerse cuanto antes si querían seguir vivos en el partido... y en la eliminatoria.
Cuando peor estaban, apareció una de sus grandes figuras para salvarles del apuro. Fede Valverde, aprovechándose de un centro lateral que atravesó todo el área del City, enganchó un fantástico remate cruzado y por bajo para batir a Ortega Moreno y volver a meter a la grada en el encuentro. Fiel a su espíritu, el Real Madrid se convirtió en un ciclón, poniendo contra las cuerdas a su rival, que se estaba agobiando ante tanta intensidad.
Los últimos minutos estuvieron marcados por dos tendencias muy diferentes. Mientras que los visitantes querían 'dormir' el partido y no tener más sustos inesperados, los locales optaban por todo lo contrario. Finalmente, ninguna de las dos escuadras fue capaz de romper la igualdad y todo quedaba abierto, muy abierto, para la vuelta en el Etihad Stadium.
3- Real Madrid: Lunin; Carvajal, Tchouaméni, Rüdiger, Mendy; Valverde, Camavinga, Kroos (Modric, min.70); Bellingham, Rodrygo (Brahim, min.70) y Vinicius Junior (Joselu, min.85).
3- Manchester City: Ortega Moreno; Rubén Dias, Stones, Gvardiol, Akanji;, Rodri, Grealish, Kovacic; Foden (Julián Álvarez, min.86), Bernardo Silva y Haaland.
Goles: 0-1, Bernardo Silva (min.2), 1-1, Camavinga (min.12), 2-1, Rodrygo (min.14), 2-2, Foden (min.65), 2-3, Gvardiol (min.70), 3-3, Valverde (min.78).
Árbitro: François Letexier. Mostró cartulina amarilla a Tchouaméni y a Carvajal por parte del Real Madrid y a Akanji y Bernardo Silva por parte del Manchester City.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la ida de cuartos de final de la UEFA Champions League, disputado en el Santiago Bernabéu.