Es muy de aficionado fanático el juzgar por qué no juega un jugador de clase mundial y que ha costado tanto. Sin embargo, cada vez son menos los que cuestionan la suplencia de Joao Félix allá donde va. El portugués no acaba de arrancar en el Chelsea y su paso por el conjunto londinense podría suponer un auténtico paso atrás en su cotización en el mercado.
El jugador luso fue suplente ayer contra el Real Madrid en el que era el partido más importante de la temporada para el conjunto londinense. Y la decisión de Lampard resonó con fuerza en los aledaños del Metropolitano, donde ahora están más convencidos que nunca de que Simeone acertó una vez más. De hecho, el Atlético de Madrid no ha perdido todavía un partido oficial desde que el portugués abandonase la entidad rojiblanca.
Así las cosas, su estancia en Stamford Bridge parece que será más corta de lo previsto si no cambia mucho el panorama de aquí al final de la Premier League. Un perjuicio para un Atlético que, una vez asegurada la continuidad del técnico argentino en su banquillo, no cuenta con él.
Y es que ya son muchos los entrenadores que prescinden de sus servicios de inicio en los partidos. Simeone fue juzgado algo más de tres años por no terminar de sacarle rédito a su fichaje, si bien ni con Santos, ni con Potter ni con Lampard el portugués ha brillado. De hecho, su debut en el Chelsea no pudo ser más turbulento con una tarjeta roja que le supuso cuatro partidos de suspensión.
Ayer, en los 23 minutos que estuvo sobre el césped, el atacante 'blue' obtuvo números muy pobres para lo que se espera de él: cero asistencias y cero remates a portería; intervino en 18 ocasiones, dio 11 pases, cinco de ellos en el último tercio del campo; intentó dos regates y completó uno.Y lo peor para Joao Félix está por llegar, porque si el Chelsea no quiere ampliar su cesión el próximo mes de julio, tendrá que volverse a poner a las órdenes del 'Cholo' una vez que comience la pretemporada atlética en Los Ángeles de San Rafael. Y la relación entre ambos está muerta, sobre todo, porque el portugués ya ha dejado claro en más de una ocasión que no desea volver a jugar con él.