El partido de anoche frente al Real Madrid posiblemente fue uno de los más importantes en la carrera de Pep Guardiola como entrenador. Si no el que más. Y es que ayer tenía la posibilidad de enterrar los fantasmas del pasado contra los blancos y alcanzar una nueva final en la Champions League, un título que se le lleva resistiendo desde que abandonara el banquillo del FC Barcelona. Y hizo ambas cosas.
Confiaba en los suyos, sí, pero tampoco esperaba el recital que le dieron de principio a fin al actual vigente campeón de Europa. Sobre todo, después de lo que se vio en el partido de ida. Sea como fuere, al preparador de los 'citizens' se le vio eufórico durante todo el choque, dando incluso impetuosas órdenes cuando ya ganaban 3-0. Y al finalizar el encuentro se convirtió en director de ceremonia para que los suyos festejaran la hazaña que habían conseguido.
Pero no conforme con ello, Pep tuvo que dejar una imagen más, que dice muy poco de la elegancia con la que tiene que afrontar un entrenador una victoria tan abultada sobre un rival. Y más, si no se trata de tu eterno rival. Pero es que ayer, Guardiola se creería que estaba defendiendo los colores azulgranas y, al término del envite, cogió a todo su círculo más cercano para hacerse una foto con la mano abierta y señalando los cuatro goles que le habían endosado al conjunto blanco. Entre ellos, cómo no, Manel Estiarte, quien la publicó en Instagram tras el encuentro.
La instantánea fue hecha en una sala privada del Etihad Stadium, en la que también se encontraban el hermano de Pep, Pere Guardiola, y el expresidente de Argentina Mauricio Macri, además del presidente del Manchester City Khaldoon Al Mubarak.
Ya en la rueda de prensa mantuvo algo más la compostura el técnico catalán, pero en sus palabras se reflejó la importancia de lo que había conseguido para poder descansar en paz: "Esto es lo máximo, hacer un partidazo contra el Real Madrid en las semifinales de la Champions. Yo quería este sorteo, porque fue tan duro lo del año pasado que teníamos toda la energía ahí... Porque se dijo que estos jugadores no valían, que no tenían carácter.... El nivel de este equipo es increíble, porque hemos ganado tres Premiers seguidas, dos semifinales, una final... Tengo la sensación de que hemos jugado con el dolor en el estómago por lo que nos pasó".
Eso sí, al menos, tuvo un momento para acordarse de Ancelotti y defenderle públicamente: "Si pensáis que voy a pensar que Carlo es un mal entrenador o que el Madrid es un mal equipo, pues es cosa vuestra. Cuando se dice que hemos fracasado por no ganar la Champions se está diciendo que el rival no tiene nivel... No se puede ganar siempre y lo importante es intentarlo. Y algún día toca. Y si llegamos a la final, pues algún año la ganaremos. Yo soy culé, todos lo sabéis, y el Barça perdió tres finales antes de ganarla. Lo importante es estar ahí...".