Marián Mouriño, presidenta del Celta de Vigo, ha repasado su primer año en el cargo y como acostumbra, ha hablado bien claro sobre el banquillo celeste. Asegura que al principio de su llegada tomó decisiones que ahora no tomaría, siendo una de ellas la de la elección de Rafa Benítez como entrenador del conjunto olívico.
"Al final es una sucesión de decisiones. Acabamos la temporada de una manera agónica con esos dos goles de Veiga ante el Barça que certifica la permanencia, al día siguiente la dimisión de Antonio Chaves que deja el club y acelera todo el proceso de sucesión que no estaba justo para ese momento. Estábamos sin entrenador y con un asesor externo, como era Luís Campos, y lo único que quiero cuando empiezo a gestionar el club es hacer cosas que no se habían hecho antes. Habíamos apostado por muchos entrenadores en el club, pero no habíamos tenido un entrenador contrastado. Es verdad que yo no elijo a Rafa, lo ponen sobre la mesa que es la función de cualquier director deportivo, en este caso asesor deportivo. Cuando nos pusieron el nombre de Benítez sobre la mesa me generó mucha ilusión. La verdad es que no me metí en el tema del estilo de juego, confié que el asesor deportivo entiende que se adaptan al estilo y al club", reconoce Mouriño en una entrevista al diario As.
Lo que sí tiene claro hoy la presidente del Celta es que no volvería a elegir a Rafa Benítez o un perfil similar. "A ver, yo creo que ahora mismo, como trabajo con Marco Garcés, que es totalmente diferente, nos costaría decidirnos por un entrenador tipo Rafa. Ahora entendemos mucho más que queremos y que representa la identidad del Celta. Esto hace año y medio no hubiera yo sido capaz de entenderlo como ahora, hace año y medio teníamos un asesor externo que llevaba tiempo trabajando en el club y piensas que esa es la mejor decisión. Ahora mismo, no te voy a decir que no hubiera fichado a Benítez, pero buscaría un tipo de entrenador que nos haga más jugar y entienda el proyecto de la cantera, por supuesto. Ahora sería otra decisión", explica.
Como todos saben, lo de Rafa Benítez no acabó bien pero de ahí surgió la oportunidad de contar con un hombre de la casa como es Claudio Giráldez. "Para nosotros Claudio era un proyecto importante y no lo queríamos dejar ir. También es verdad que teníamos un contrato de larga duración con Benítez y era difícil retener a Giráldez, sabíamos que si no le dábamos la oportunidad, se iba a ir porque ya había tocado techo con el filial. Nosotros queríamos a Claudio en el club y a lo mejor no era el momento. Obviamente fue un debate que tuvimos y hablamos con mucha gente, con los capitanes, jugadores, exjugadores, otros clubes que apostaron por los de la cantera... Nunca hay una fórmula del éxito, pero cuanto más escuchas, más sensaciones te dan. Claudio era lo natural porque la gente lo quería, conocía a los jugadores y los capitanes de ese momento, sobre todo los de casa, no los extranjeros, lo conocían y lo querían. Tenía el respaldo de todo el mundo y Marco Garcés también lo vio así. Dentro de la dificultad, fue fácil", recuerda Mouriño.
Precisamente sobre el futuro y si ven complicado retener a Giráldez si sigue trabajando así en el Celta, Mouriño zanja: "Hay que ir viéndolo. El fútbol hoy te da y mañana te quita. Yo lo veo muy contento aquí, creo que él también fue valiente aceptando el reto y esa valentía se está viendo reflejada en los resultados. Se puede llegar a ir como cualquier jugador y como cualquier entrenador, pero está en casa y creo realmente que tendría que llegar algo muy importante para que abandonase el proyecto".