Curiosa, cuanto menos, la situación que se vive en el RC Celta de Vigo, en general, y en su banquillo, en particular. Con sólo siente puntos en su casillero particular y con el equipo en puestos de descenso, su técnico, Rafa Benítez, ha pasado de estar en entredicho a convertirse en posible solución de futuro para los males que acechan al conjunto vigués en el año de su centenario.
Sí, como escuchan. El peor registro de los vigueses a estas alturas de la competición en los últimos 80 años no es argumento suficiente para que Rafa Benítez esté en la cuerda floja ante los ojos de la presidencia del conjunto celeste. Sino todo lo contrario, contando con un apoyo que, incluso, podría ir a más de cara a la próxima temporada, pasando de ser técnico del equipo a convertirse en mánager general del Celta al más puro estilo inglés, algo que está sobre la mesa de Marian Mouriño, nueva presidenta del club, tal y como ha podido conocer ESTADIO Deportivo por fuentes solventes.
El propio Rafa Benítez se ha referido recientemente a ello en una entrevista con As, dejando claro cuál es su faceta hoy por hoy: "De momento tengo claro que soy entrenador y me centro en esa faceta". Benítez, quien sabe que cuenta con plena confianza por parte de la presidencia del club, es una de las alternativas que contempla la nueva presidenta del Celta a la hora de darle una nueva configuración a la dirección deportiva del Celta de Vigo, renovando la estructura heredada de su padre, con Juan Carlos Calero como coordinador deportivo y Luis Campos como asesor externo en materia deportiva, una labor que compagina junto a la dirección deportiva del PSG.
La nueva presidenta no acaba de ver claro esa dualidad de Campos, más teniendo en cuenta que el último mercado de verano no ha salido como se esperaba en Balaídos y que están obligados a realizar una fuerte reestructuración del plantel en enero en la que podría ser la última planificación de Luis Campos al frente de la dirección deportiva del Celta. Ahí, por tanto, es donde podría entrar en juego un Rafa Benítez que pasaría de estar pendiente de su finiquito a gozar de máximo control en el club vigués, algo a lo que ya está sobradamente acostumbrado por su holgada trayectoria en la Premier.
No es de extrañar, por tanto, que en el Celta estén trabajando ya en el cercano mercado de enero, contando con Benítez en lo que a perfiles se requiere. Desde la necesidad de alicatar el centro del campo hasta el eje de la defensa. Una idea que explica el nivel de confianza que hay depositado en el técnico madrileño, quien firmó por tres temporada a razón de cinco millones de euros brutos anuales. Argumento de peso, también, para explicar por qué se ha venido teniendo tanta paciencia con el entrenador a pesar de que los resultados no acompañen.