Tras caer en los penaltis ante Unionistas, decía Marcelino ayer que la eliminación de la Copa les podría venir bien porque así podrían entrenar más y centrarse en trabajar algunos conceptos y mejorar en la liga. Rafa Benítez, por contra, está saboreando su semana más dulce en el Celta gracias a la victoria frente al Real Betis que les sacó de la zona roja de la tabla y a la remontada copera ante el Amorebieta. Para gustos, colores.
Mientras al técnico asturiano parece no importarle ahora una competición con la que podría haber endulzado la sosa temporada del club castellonense, el preparador madrileño tiene ganas de colorear el año del Centenario logrando algo grande en el torneo del KO. Eso sí, no está conforme con el sorteo de los octavos de final. En primer lugar, por el rival, y en segundo lugar, por el escenario.
Lo ha manifestado ante los medios oficiales del club donde, primero, ha hecho referencia a lo duro que fue pasar la eliminatoria de dieciseisavos de final por el estado del césped de Urritxe: "Los chavales dieron la cara en unas condiciones muy difíciles. Primero pensábamos que el campo podía estar mal pero no tanto. Al final la reacción es lo más positivo, dentro de las muchas cosas que hubo".
En este sentido, confesó que tuvo que cambiar el plan inicial: "Queríamos, pensando que el campo podía estar mejor, jugar con un 4-3-3 con Swedberg y Miguel Rodríguez abiertos y Douvikas arriba para tener un poco de manejo y aprovechar la calidad de Sotelo, Dotor y Luca. Desafortunadamente las condiciones cada vez eran peores y tuvimos que pasar a un 4-2-3-1".
Y cuando le han cuestionado sobre cómo vivirá su segundo regreso a Valencia y a Mestalla esta temporada, Benítez ha sido muy claro: "Ir a Mestalla me encanta. El recibimiento y conexión que tengo con la afición de Valencia va a estar siempre ahí porque estamos hablando de ganar títulos, después de muchos años, y por otra parte me entristece porque tienes que competir y ganar porque lo que quiero es que el Celta progrese. Todo el mundo lo entiende y vamos a ver si tenemos suerte y seguimos adelante en la Copa".
Por último, ha señalado que le hubiese gustado que la eliminatoria se disputase en Balaídos: "Así lo sentía porque la gente me decía en la calle que ya llevábamos mucho tiempo sin jugar Copa en casa, con este formato. Era importante desde el punto de vista anímico. Lo que tenemos que hacer es ganar y ver si en la siguiente ronda es más factible que suceda".