Rafa Benítez vive una situación muy complicada en el Celta de Vigo. Tras un buen arranque de 2024, tres derrotas consecutivas en casa vuelven a ponerle en el disparadero, pero ahora con el añadido de tener encima a la afición, que ya no se corta en pedirle que abandone el barco celeste. Mientras los suyos caían ante el Girona, un sector de la grada repetía el típico "Rafa, vete ya", pero tras el duelo, el madrileño ha señalado que su proyecto en el banquillo de Balaídos es "para tres años" y como ya hizo en la rueda de prensa previa al mismo, pide "unidad" al celtismo.
“He venido al Celta con un proyecto de tres años y, por lo tanto, los proyectos son proyectos. Un entrenador profesional que hace su trabajo, que trabaja doce horas diarias y que viene a un proyecto de tres años, lo que quiere es que ese proyecto salga bien”, así de contundente se ha mostrado cuando le han cuestionado sobre la posibilidad de abandonar al equipo vigués. Lo que si reclamó fue “unidad” para intentar revertir la complicada situación de la entidad, que ya estuvo a punto de descender a LaLiga Hypermotion la pasada temporada, cuando se salvó "en la última jornada".
Pese a las circunstancias, lo que más molesta al experimentado técnico es haber perdido ante el líder y no quiere "hablar del entorno", si no centrarse en aprovechar lo que tiene. "Lo que tengo que hacer es centrarme en sacarle rendimiento a los jugadores que tengo”. Una de las cosas que más se la achaca es la falta de autocrítica, algo que no hace porque la considera "populismo" y en su caso, si se hubiera conseguido algún punto más, su posición sería otra. “Cuando no ganas siempre es más fácil que haya fisuras, si hoy tuviéramos seis o siete puntos más, el equipo tendría más confianza", recalcó.
Si algo no se le puede achacar hoy es la falta de querer ir a por el partido. El planteamiento con cinco defensas y los tres delanteros con más gol de la plantilla en el campo fue una clara declaración de intenciones, en su búsqueda de tener "muchas ocasiones" y "generar desequilibrio". Douvikas, Larsen y Aspas juntos forman una ofensiva temible, que sin embargo, no terminó de rematar las que tuvo. “Esos tres jugadores te tenían que dar esas situaciones de gol para compensar las que ellos hacen en todos los partidos, y las tuvimos pero las fallamos, esa fue la diferencia”, concluyó.