El Celta de Vigo enfila la recta final del mercado de enero aún con deberes por hacer. Tras su eliminación en la Copa del Rey, el conjunto celeste se ha quedado solo con el objetivo de luchar por la permanencia en LaLiga EA Sports, pero Rafa Benítez sigue esperando alguna cara nueva y tampoco hay que descartar a su vez que se produzca una salida.
De momento han llegado el brasileño Jailson para aportar músculo al centro del campo y Manquillo para el lateral derecho, ambos a coste cero tras quedar libres. Pero ni mucho menos hay que descartar una tercera incorporación si se pone a tiro una nueva oportunidad, de lo cual está muy pendiente el nuevo director de fútbol, Marco Garcés.
Inicialmente, la prioridad era contratar a un central que viniese a suplir al lesionado Joseph Aidoo. Benítez sólo cuenta con tres centrales específicos y la apuesta de colocar ahí al recién llegado Jailson no ha dado el resultado esperado, como quedó demostrado ante el Mallorca.
Pese a ello, sólo está previsto que llegue un nuevo refuerzo, aunque tampoco está asegurado, y el objetivo no pasa por apuntalar la defensa. El objetivo es hacerse con un centrocampista ofensivo que aporte último pase y llegada, como hacía el curso pasado Gabri Veiga. Un perfil que ya se buscó en verano y que el por entonces asesor deportivo Luis Campos no consiguió traer.
Para buscar a ese deseado fichaje que remate la planificación invernal, Marco Garcés cuenta con una limitación, pues el mismo no podrá ser extracomunitario. En estos momentos, las tres plazas permitidas están ocupadas por Franco Cervi, Renato Tapia y el mencionado Jailson, y no se espera que ninguno de los dos primeros vaya a cambiar de aires en enero.
De forma paralela, además, no se descarta una salida, aunque hay dorsales libres en el plantel. En concreto, el técnico madrileño cuenta con 24 futbolistas, tres de ellos con ficha del filial. Uno de ellos es Hugo Sotelo, que podría bajar para jugar de forma asidua con el filial en primera RFEF.
Con la marcha de algún jugador, en realidad, lo que se busca es liberar masa salarial, algo que ya se consiguió levemente con la rescisión de contrato del meta Agustín Marchesín. Pero los principales candidatos que figuraban en la rampa de salida a comienzos del mercado, como el sueco Swedberg o el canterano Miguel Rodríguez, han ido ganando peso y a día de hoy su futuro ya no está tan claro.