Del dicho al hecho hay un trecho. Justo este refrán se está haciendo presente en Balaídos. El Celta de Vigo encaraba el verano dispuesto a llevar a cabo una auténtica revolución en su plantilla, la cual deseaba realizar con la aprobación de Claudio Giráldez, a quien se había dado plenos poderes para señalar con qué jugadores contaba de cara al curso 2024-25 de LaLiga EA Sports y con cuáles no. Pues bien, el entrenador de los gallegos ha hecho su trabajo, pero el mercado se ha encargado de ponerle contra las cuerdas.
Si bien los celestes han concretado fichajes como los de Borja Iglesias o Ilaix Moriba, la realidad es que se esperaba realizar muchos más movimientos. Sí, aún están a tiempo de conseguirlo, pero para ello necesitan que el apartado de salidas de un importante acelerón, algo que por el momento está siendo imposible.
Para ser exactos, Giráldez trabaja en estos momentos con hasta 30 futbolistas. De la lista de descartes quedan seis en el plantel y por ahora no se vislumbran acuerdos cercanos que les hagan abandonar el equipo. ¿De quiénes hablamos? De Unai Núñez, Tadeo Allende, Luca de la Torre, Franco Cervi, Gonçalo Paciencia y Kevin Vázquez.
Marco Garcés, director de fútbol del club, tiene trabajo por delante. Empezando por Núñez, éste no tiene prisa alguna por salir. Con contrato hasta el 30 de junio de 2027, entiende que si se termina quedando contará con minutos, por lo que no se moverá para buscar equipo. En cuanto a Allende, ambas partes ven bien una cesión, pero sus problemas físicos en la pretemporada no han ayudado a que lleguen ofertas. Tampoco es más sencilla la situación de Franco Cervi, cuya alta ficha está espantando a los posibles interesados. Y si hablamos de contextos feos, Kevin Vázquez se lleva la palma. Al canterano le resta un año de contrato y pretende cumplirlo pese a que Giráldez no cuenta con él ni para los amistosos.
Quienes sí parecen tener algo más definido su futuro son Luca de la Torre y Paciencia. El primero de ellos tiene pretendientes y el hecho de que se aproxime el Mundial de 2026 ayuda para que ayude a encontrar una salida, ya que su gran objetivo es estar presente con Estados Unidos. Por último, el delantero apunta a ser rescindido pagándole el último año de contrato que le resta. No es la solución idónea, pero parece la única después de que se rompiese su traspaso a México.
Con tanto trabajo por delante en las oficinas, hablar de fichajes se antoja una quimera. El Celta puede negociar, pero no puede inscribir a nadie al tener todas sus fichas del primer equipo cubiertas. Lo dicho, empiezan a estar contra las cuerdas.