El Celta de Vigo cerró el mercado de fichajes de invierno con las incorporaciones del mediocentro brasileño Jailson, el lateral diestro Javier Manquillo y el extremo argentino Tadeo Allende, además de la salida del meta Agustín Marchesín. Pero, además, el club gallego intentó desprenderse hasta última hora de Carles Pérez, en un movimiento a la postre infructuoso.
El jugador catalán no sólo no entra en los planes de Rafa Benítez, sino que desde Vigo deslizan que la relación entre ambas no es nada buena. Por ello, la entidad que preside Marián Mouriño negoció en el cierre del mercado su cesión al Getafe, después de que ya fracasara su salida al Mallorca, pero no se llegó a un acuerdo en los términos impuestos por los celestes, que exigían el pago íntegro de la parte proporcional de su elevado salario, así como un parte de la amortización de su fichaje.
El ex del Barcelona, reacio también a salir, fue una de las grandes apuestas el pasado verano, al pagar 5,2 millones de euros por su fichaje a la Roma, después de una campaña irregular como cedido en la que se ganó la continuidad en el tramo final, contribuyendo a la salvación del equipo con tres goles y cinco asistencias en LaLiga EA Sports.
Pero en la presente campaña, Carles Pérez ha pasado a tener un papel secundario. Comenzó como titular en la primera jornada, pero luego cayó lesionado y, cuando regresó, Benítez no le encontró sitio en su nuevo esquema. En total, apenas suma 439 minutos en el campeonato liguero, repartidos en nuevo encuentro, siendo señalado por algunos por su estado físico y su poco compromiso en los entrenamientos.
Ahora, con la llegada de Tadeo Allende, su situación se complica aún más. Son varios los jugadores del plantel que le cierran el paso, como Mingueza, Franco Cervi, Jonathan Bamba o el canterano Miguel Rodríguez, al que se le ha dado ficha del primer equipo tras darle la vuelta a la tortilla y ganarse su continuidad.
En verano, a buen seguro, el Celta intentará de nuevo colocar a un futbolista que ocupa una importante masa salarial, a no ser que consiga convencer a Benítez de que tiene un sitio. De momento, sin embargo, el problema es para el entrenador madrileño, que tendrá que gestionar la presencia hasta final de temporada de un jugador con el que no cuenta.
Por si había alguna duda, la convocatoria del encuentro de este domingo ante Osasuna las ha resuelto todas. El propio Benítez confirmó que todos sus jugadores, a excepción de los lesionados Williot Sweberg y Joseph Aidoo, están en perfectas condiciones físicas. Pero la sorpresa saltó al comprobar que Carles Pérez no forma parte de la lista. Una decisión técnica que muestra a las claras la brecha abierta con el catalán.