Ultimátum a Rafa Benítez. El Celta le ha puesto una fecha límite a su técnico tras llevarse toda la temporada coqueteando con los puestos de descenso. Este domingo se juega una auténtica ‘final’ ante un rival directo como el Cádiz que, sin embargo, no resultará clave para su continuidad o adiós.
Tras cuatro derrotas en los últimos cinco partidos, Benítez contará con un mes más de plazo para conseguir la ansiada reacción. De lo contrario, no acabará la temporada sentado en el banquillos del Celta. ¿Las razones? Todas las habidas y por haber.
Mientras que las malas lenguas apuntaban a su alto finiquito -cinco millones por curso durante tres temporadas- como la razón para mantenerlo en el cargo, desde el club se ha defendido siempre que la razón no era otra que creer en un proyecto de futuro con un técnico de la entidad de Rafa Benítez. Pero sus números son los que son y el Celta, peligrosamente, se acerca a Segunda.
Con 20 puntos en 25 partidos, la temporada del Celta de Vigo demuestra que el proyecto de Rafa Benítez ni es proyecto ni disfruta de continuidad ninguna. En primer lugar hay que tener en cuenta que los celestes cuenta este curso, en la temporada de su centenario, con el límite salarial más alto de su centenaria historia. Más de 80 millones de euros que por el momento tan sólo le han dado para ser el cuarto por la cola, por encima de tres clubes con unos límites salariales bastante inferiores: Cádiz (49’48 millones), Granada (62’66) y Almería (66’85), según los datos ofrecidos recientemente por LaLiga. Y es que hay otros siete equipos con menores límites salariales por encima de los vigueses: Mallorca (60,96), Osasuna (52,99), Alavés (31,28), Rayo Vallecano (51,53), Girona (52,17), Las Palmas (33,72) y Getafe (41,63).
Es decir, que al Celta debería darle para bastante más que para estar luchando por eludir el descenso. Y ahí es donde entra la mano del entrenador. Un Rafa Benítez tan sólo ha repetido el once inicial en dos ocasiones y que no acaba de encontrar su once fijo a estas alturas de la temporada.
Dibujado sobre el 5-3-1 y el 4-4-2, los de Balaídos tampoco acaban de encontrar de la mano de Benítez su dibujo ideal para sacar la temporada adelante. La tónica general es un fútbol más defensivo, algo propio del técnico madrileño, lo que también ha despertado ciertas críticas veladas por parte de pesos pesados de la plantilla como Iago Aspas.
El único jugador que ha sido titular en todos los partidos del Celta esta temporada es Strand Larsen, seguido de Unai Núñez, que fue suplente ante el Barça. En total, el técnico del conjunto vigués ha usado un total de 28 futbolistas, 25 de ellos desde el once titular. Ahí reside, quizá, otra de las principales razones para hablar de la destitución de Benítez. Y es que son varios los futbolistas que han pasado de ser titularíamos a estar condenados al banquillo. Véase casos como el de Dotor, Beltrán, el canterano Hugo Sotelo, Manu Sánchez, Ristic o el capitán Iago Aspas. Unas ideas que no han hecho más que crear incendios dentro del vestuario y que, en cierta manera, frena los automatismos dentro del campo.
Este domingo, ante el Cádiz, Rafa Benítez se la juega en el Nuevo Mirandilla ante un Cádiz que marca el descenso. Un mal resultado lo condenará aún más a un mes de trabajo en el que no habrá cabida a nuevos inventos. El fin de la ‘era Benítez’ en Vigo se acerca a su fin si el madrileño no consigue darle de inmediato la vuelta al calcetín.