El Real Club Celta de Vigo se marcha al parón con seis puntos y dos caras bien diferenciadas. La que muestra cuando juega en Balaídos y la que ofrece cuando sale de casa. Un contraste que comienza a preocupar a su entrenador Claudio Giráldez. El de Porriño dejó claro al término del partido ante Osasuna que el nivel defensivo dicta mucho de las exigencias de la máxima categoría. Trabajo por delante para los celestes que no quieren caer en los errores del pasado con la rémora de Rafa Benítez a la cabeza. Tienen por delante 15 días para ajustar conceptos.
El conjunto olívico arranco con fuerza el campeonato. Derrotaron al Alavés (2-1) en la primera jornada y al Valencia en la segunda (3-1). Pero ese fulgurante inicio se ha diluido cuando la plantilla sale de tierras viguesas. En Villarreal, la fragilidad defensiva volvía a aparecer y este pasado domingo en Pamplona el equipo dio muestras de endeblez. El factor defensivo será clave en las aspiraciones del Celta. Ese bagaje que tanto le penalizó el año pasado con Rafa Benítez.
El entrenador celtiña se mostró disgustado con la imagen de los suyos ante Osasuna. La segunda derrota derrota trae consigo el primer debate de la temporada 24/25. Giráldez asume que el nivel ofrecido por sus defensores está lejos de la realidad para competir en Primera: "Tenemos que reflexionar, entender que con los tres goles que nos hacen, defendiendo de esa manera, es imposible competir un partido en Primera. Por mucho que hagamos goles fuera de casa, que llevamos cinco en dos partidos, te vas con cero puntos porque no eres capaz de defender en situaciones bastante puntuales. En la primera parte, el balón parado es lo que nos hizo daño", explicó.
Dos derrotas a domicilio. Mejor inicio tuvo Rafa Benítez en su estreno como técnico vigués. Empató en Anoeta (1-1) frente a la Real Sociedad en la segunda jornada y en la cuarta consiguió la victoria ante una UD Almería (2-3) que ya daba muestras de desangrarse. Pero la historia del prestigioso entrenador acabó como acabó. El Celta estuvo instalado en los puestos bajos de la tabla todo el año y finalmente fue destituido al término de la jornada 28 en un duelo disputado ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Giráldez tiene una asignatura pendiente y es corregir el pobre balance defensivo. Ocho goles en contra en cuatro partidos y en ninguna ocasión ha podido dejar la meta a cero. Buena parte de las aspiraciones celestes pasan por encontrar regularidad en esta faceta de juego. Y es que, ni con Benítez, llegó a encajar tantos goles en este inicio de temporada. Fueron seis los tantos en contra con el de Parla.
La línea de tres centrales con dos carrileros no es garantía de éxito en Primera división. El suflé del Celta se ha desinflado con prontitud con un viejo problema que ni siquiera era tan agudo en el pasado. A la vuelta del parón, volverán a Balaídos para medirse al Real Valladolid. Allí sí sonríen los Aspas, Borja Iglesias y compañía.