El Celta despide 2023 en puestos de descenso tras perder contra el Villarreal por 3-2 y, a falta de una jornada para completarla, firmar una primera vuelta calamitosa en la que tan solo ha sumado 13 puntos merced a únicamente dos victorias y siete empates. Una situación muy preocupante que en la planta noble y en el banquillo de Balaídos se ha tratado de justificar por las decisiones arbitrales o la mala suerte en partidos en los que, a su juicio, merecieron un mayor premio.
Sin embargo, la realidad es que el equipo no reacciona y, hasta el momento, Rafa Benítez no ha dado con la tecla más allá de la victoria conseguida contra el Granada el pasado fin de semana y que le permitió respirar por muy poco tiempo. Ha realizado cambios, modificado el sistema, pero nada le ha funcionado y los vigueses afrontan 2024 con la obligación de firmar una segunda vuelta notable para salvar la categoría.
Aun así, el club ha ratificado una y otra vez al técnico madrileño, repitiendo que se le fichó para construir un ambicioso proyecto a largo plazo y que la confianza en su capacidad continúa intacta a pesar de los malos resultados. No en vano, en su primera aparición pública como presidenta del Celta, Marián Mouriño insistió en que no se plantean la destitución de Benítez al existir plena fe en que reconducirá la situación deportiva.
Sin embargo, esta paciencia infinita esconde un motivo que ya se ha expuesto en más de una ocasión en ESTADIO Deportivo y que nada tiene ver con la supuesta confianza en Benítez, sino con el plano económico. Y es que Carlos Mouriño, antes de abandonar el cargo, apostó muy fuerte en verano por Rafa Benítez y lo firmó por tres temporadas a razón de cinco millones brutos anules, lo que ahora supone un enorme lastre tanto en cuanto su despido supondría el pago de un finiquito que dejaría muy mermada sus arcas y sin margen de acción de cara al mercado invernal.
Y es que, según revela As, el coste de la destitución de Rafa Benítez asciende a nueve millones de euros, un astronómico desembolso que dañaría considerablemente la situación financiera de la entidad celeste, razón por la que están apurando al máximo a la espera de una reacción que no termina de llegar y el tiempo ya corre en contra.
Por ello, ya hay voces en el seno del club que piden asumir el pago en busca de un revulsivo antes de que sea tarde, si bien Benítez seguirá al frente del equipo en enero, mes que será clave en su futuro, pues si no levanta cabeza ni el finiquito librará al técnico del despido.