Inmerso en puestos de descenso, con sólo dos victorias en 18 jornadas, el Celta de Vigo se aferra al mercado de enero como una tabla de salvación que ayude a elevar el nivel de la plantilla dirigida por Rafa Benítez. La prioridad está clara: fichar a un mediocentro de corte defensivo, trabajándose al mismo tiempo en la incorporación de un central que supla al lesionado Aidoo.
Todo ello llega en plena reestructuración de un club que ha cambiado recientemente de presidente, con Marián Mouriño a la cabeza, siendo su primera decisión la de prescindir de Luis Campos como asesor deportivo externo. Ahora, la idea es retomar un modelo más tradicional y se espera que antes de final de año se pueda anunciar el nombre del nuevo director deportivo.
Pero, mientras tanto, en el club celeste no se mantienen de brazos cruzados, sino que se llevan a cabo gestiones para la contratación del deseado mediocentro, según informa Relevo.
Antes de su despido, Campos dejó trabajo adelantado en este sentido. Se reunió en varias ocasiones con el propio Benítez, a través de videollamadas y también de forma presencial, y ambos pusieron sobre la mesa nombres de diferentes jugadores con la idea de llegar a un consenso y poder negociar con sus clubes lo más pronto posible.
El perfil quedó claro, pues se busca a un futbolista con experiencia y contrastado en la elite, que llegue para jugar desde el primer día y no suponga una apuesta arriesgada, ya sea cedido o traspasado. Lo que sí se descarta prácticamente, sin embargo, es que pueda proceder de la Premier League, dado los altos salarios que se pagan en la competición inglesa y que resultan imposibles de igualar.
Con estas premisas sobre la mesa, los nuevos dirigentes del Celta están tratando de acelerar los contactos por alguno de esos futbolistas en los que Luis Campos avanzó antes de su destitución. Y es que, la idea es que pueda estar a las órdenes de Benítez, cuyo crédito comienza a agitarse, en los primeros diez días de enero, para que comience a competir cuanto antes.
La llegada del nuevo director deportivo debe ser el movimiento que termine de impulsar las gestiones que se vienen llevando a cabo en este sentido. No hay tiempo que perder y todos en seno del conjunto vigués comparten la idea de que al equipo le falta solidez en esa demarcación para dejar de ser tan vulnerable. Como ya avisó el técnico madrileño, la permanencia pasa por hacerse fuertes en defensa.