La mejoría experimentada por el Celta de Vigo en las últimas jornadas se fue al traste ante el Villarreal. El conjunto celeste venía de firmar su segunda victoria de la temporada ante el Granada, enlazando así cuatro jornadas seguidas sin perder con un solo gol en contra en todas ellas, lo que le había acercado a la salvación.
Rafa Benítez ya había avisado de que esa solidez defensiva debe ser la clave para luchar por la permanencia. Pero en La Cerámica, el cuadro gallego firmó una pobre primera parte en la que encajó dos tantos, recibiendo el tercero al poco de comenzar la segunda. Una nueva derrota que ha supuesto un jarro de agua fría para despedir el año, a pesar de la reacción posterior del equipo, que rozó incluso el empate (3-2).
Obviamente, la situación preocupa, y mucho, a los dirigentes de la entidad viguesa, con Marian Mouriño ya a la cabeza. Ni siquiera los errores arbitrales, que también sufrieron en contra ante el Villarreal, son utilizados ya como excusa, conscientes de que el rendimiento que está sacando de la plantilla el técnico madrileño dista mucho de ser el esperado.
Por este motivo, ya hay quien piensa en el seno del club que es necesario un giro de timón. A falta de una jornada para que termine la primera vuelta, aún queda mucho camino por recorrer, pero los triunfos no llegan y el tiempo pasa, por lo que el mes de enero se antoja decisivo de cara al futuro de Benítez, según informa Relevo.
No se puede decir que el ex entrenador del Liverpool o el Real Madrid, entre otros, tenga un ultimátum sobre la mesa, pero sí menos crédito que hace unas semanas. De hecho, no hay duda de que dirigirá al equipo en el primer partido de 2024 ante el Betis, así como en el siguiente en la Copa del Rey, donde tocará visitar al Amorebieta.
Ahora bien, en caso de caer en ambos encuentros, sí se pone ya en duda que pueda sentarse en el banquillo de Son Moix el 13 de enero ante el Mallorca. Lógicamente, LaLiga es la prioridad absoluta, pero tampoco se quiere tirar el torneo copero ante un rival de Segunda división. Por ello, el crédito de Benítez no va mucho más allá de esos dos encuentros, según el citado medio.
Después de visitar al Mallorca llegarán dos partidos seguidos en casa ante dos rivales de la zona alta, como son Real Sociedad y Girona, pero si el equipo no reacciona antes, posiblemente se tome la drástica decisión de destituir al madrileño, a pesar de que se valora su trabajo dentro y fuera del campo de entrenamiento.
Se cruzan los dedos, no obstante, para no tener que llegar a ese punto, pues un despido conllevaría una costosa indemnización dado el alto salario del entrenador. Así, en caso de que Benítez haga las maletas, la opción que cobra más fuerza a día de hoy es la de ascender a Claudio Giráldez, preparador del filial.
No todos en el seno del Celta están convencidos de dar este paso, pero su candidatura ha ido ganando muchos adeptos en las últimas semanas, pues en esta ocasión sí lo ven preparado, al contrario de los que sucedió tras la salida de Coudet.
Obviamente, habrá más alternativas, pero no se le descarta. Mientras tanto, Benítez tiene por delante cuatro partidos de Liga y uno de Copa para evitar ese cambio de rumbo que ya nadie descarta.