El Celta de Vigo busca un cambio de rumbo con Marian Mouriño al frente. La nueva presidenta apenas lleva unos días en el cago, pero en la práctica viene ejerciendo como tal desde hace meses y conoce de sobra el funcionamiento del club, tomando su primera gran decisión con la destitución del portugués Luis Campos como asesor deportivo.
A la actual dirigente de la entidad celeste no le convencía el modelo implantado en su momento por el anterior director general, Antonio Chaves, que contó con el visto bueno de su padre y ex presidente, Carlos Mouriño. Campos ha estado ejerciendo casi dos años como asesor externo, compaginando su labor al frente del PSG con la toma de decisiones en materia de fichajes en un Celta donde se entiende que su trabajo ha sido un fracaso.
Por ello, la idea ahora es retomar un modelo tradicional, con un nuevo director deportivo que esté en el día a día del equipo y del club, para lo cual ya hay negociaciones en marcha, anunciando Marca que su fichaje podría ser incluso anunciado de forma oficial esta misma semana, antes de que acabe el año.
Hay prisas porque el equipo necesita reforzarse cuanto antes en el mercado de enero. No hay mucho margen salarial, pero el deseado mediocentro defensivo que no se logró traer en verano es una prioridad absoluta, trabajándose también en la llegada de un central que supla al lesionado Aidoo. De hecho, ya hay cuestiones avanzadas en este sentido, según el citado diario.
Ahora, sólo falta ponerle nombre al que será el nuevo responsable de la planificación celeste, que deberá trabajar codo con codo con un Rafa Benítez que llegó por el deseo expreso de Luis Campos. Sin embargo, la relación entre ambos se ha fundamentado en cruzar mensajes, tal y como ha reconocido el propio entrenador madrileño, cuyo crédito también comienza agotarse, aunque su despido saldría muy caro.
De forma paralela, además, se debate el futuro de Juan Carlos Calero, el coordinador deportivo que llegó de la mano del secretario técnico portugués para ejercer de enlace entre la asesoría externa y el primer equipo. Un rol que carecerá de sentido cuando arribe el nuevo director de fútbol, que será el cargo concreto que venga a ocupar el nuevo fichaje para esta parcela.
Calero acaba contrato en junio, pero su salida podría producirse incluso antes. De momento, eso sí, aguanta tras el despido de Campos con la idea de que pueda ayudar al nuevo responsable en esta etapa de transición que llega además en un momento decisivo, a las puertas de un mercado de fichajes donde el Celta no puede volver a fallar.