Fernando Mateos4 min lecturaLos cinco sentidos en el Celta de Vigo están puestos en las ocho ‘finales’ que tiene por delante para tratar de amarrar la salvación. Con sólo tres puntos de renta sobre el puesto de descenso que ocupa el Cádiz, nadie se vía en Balaídos pese a la mejoría experimentada con la llegada de Claudio Giráldez al banquillo en lugar de Raba Benítez.
En estas circunstancias, resulta complicado trabajar en la planificación de la próxima temporada, más allá de la obligación de compra que hará que ejercer por Unai Núñez. Pero, además, el director deportivo, Marco Garcés, vigila a aquellos futbolistas que se encuentran cedidos, con pocas opciones de regresar para casi todos ellos, como los canteranos Sergio Carreira, José Fontán y Lautaro de León, los dos primeros con contrato hasta 2025.
También tienen un año más firmados el delantero portugués Gonçalo Paciencia y el centrocampista Miguel Baeza, que a comienzos de curso cayó gravemente lesionado en las filas del Mirandés, en el que supone su tercer préstamo consecutivo, por lo que todo apunta a que en ambos casos podría negociarse una rescisión.
Diferente, sin embargo, es el caso de Julen Lobete, que ni ha jugado ni se ha entrenado siquiera con el conjunto gallego desde que fue fichado en el verano de 2022 procedente de la Real Sociedad, a cambio de un millón de euros más otros 500.000 en variables.
El delantero vasco firmó por cuatro campañas, aunque se acordó que en las dos primeras tendría ficha del filial. Pero en su lugar, se optó por cederlo para que se foguee, primero al RKC Waalwijk de Países Bajos (4 goles y 3 asistencias en 29 partidos), y en la presente campaña, al Andorra, en Segunda división.
Con el conjunto del Principado, que lucha también por no descender, Lobete ha participado en 33 de las 34 jornadas de la LaLiga Hypermotion, en 24 de ellas como titular, anotando tres tantos; el último de ellos, la pasada jornada en la victoria sobre el Eldense.
No parece un gran balance para ganarse, a sus 23 años, un sitio en la plantilla del Celta. Su futuro, por tanto, está en el aire, aunque por contrato le correspondería tener ya ficha de primer equipo. Pero según el diario Atlántico, suele ser habitual que en este tipo de contratos se recoja por parte del club gallego la posibilidad de una salida pactada tras las dos primeras campañas.
El posible ascenso a Segunda división del filial celeste también abre otra posible vía para Lobete. Pero pase lo que pase, sorprende la situación de un jugador que fue internacional sub 21 y vistió la camiseta de la Real Sociedad en 14 partidos en la 21/22, en los que anotó dos goles, conservando el club donostiarra el 50% de su pase de cara a una futura venta.