Fernando Mateos3 min lecturaA las puertas de una nueva ‘final’ para seguir soñando con el milagro de la salvación, el entrenador del Cádiz, Mauricio Pellegrino, aseguró en rueda de prensa que “energía no va a faltar” en su equipo de cara al partido de la antepenúltima jornada de LaLiga EA Sports que les medirá este miércoles ante el Sevilla FC en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán.
Pellegrino manifestó que este es el encuentro “más importante del año” y lamentó que deben superar también “a la estadística”, al recordar que “todavía” no han ganado un encuentro a domicilio a lo largo de la temporada. "Vamos en contra de las estadísticas pero vamos a favor de la ilusión en este partido clave, la gente nos anima por la calle. Vamos con el autobús lleno de ilusión a una parada difícil. Lo que me hizo tomar el avión fue creer que es posible”, destacó.
Además, el técnico argentino confirmó que el sirio Aiham Ousou, que ya fue baja el domingo pasado en la sufrida victoria ante el Getafe, no estará tampoco contra el Sevilla por una lesión de la que se ha probado y no ha podido superar.
Por otro lado, Pellegrino alabó a su colega en el banquillo rival, Quique Sánchez Flores, que, a su juicio, ha reactivado y ha dotado de mayor "solidez" al equipo hispalense, al que calificó de “peligroso” y destacó que es un conjunto “organizado a nivel defensivo”.
El entrenador del Cádiz señaló que el Sevilla tiene “capacidad de llegada en pocos toques” y que también presenta, en su opinión, “fortaleza a pelota parada”. “Necesitamos dar más que ellos para tener posibilidades. Ojalá podamos centrarnos en nuestro juego, en todo lo que hemos trabajado a nivel de organización y también en lo anímico. Los chicos están bien, hay ganas de hacer un buen partido”, resaltó.
Pellegrino incidió en que el conjunto amarillo, que está en puesto de descenso a cinco puntos de la permanencia, daría un “paso muy importante” en caso de ganar y precisó que ante el Sevilla es el “partido en el que se debe torcer el rumbo”. En este sentido, el técnico amarillo aseguró que para optar a una salvación que se antoja muy complicada a falta solo de tres jornadas hay que tener un “grado de eficacia más alto” ante la portería contraria.